Harry Potter y la orden del Fénix
Harry Potter y la Orden del Fénix es el libro más largo de la saga del joven mago (893 páginas, que no son moco de pavo), pero sin embargo, su adaptación al cine posee el metraje más corto de todas las películas inspiradas en la mitología creada por J.K. Rowling.Y se nota un huevo.
Se lleva un regular en casi todo: el guión de Michael Goldenberg (debutante en Harry Potter) está pésimamente adaptado, y la mediocrilla dirección de David Yates (que dirigirá la próxima película, Harry Potter y el misterio del príncipe) no ayuda mucho. Está repleta de recursos facilones incomprensibles y que pueden llegar a confundir al que no conoce de antemano la historia (¡si hasta a mí me ha confundido!), como la creación del Ejército de Dumbledore, el descubrimiento de la sala donde el E.D. practica, y la obtención por parte de Harry del peor recuerdo de Snape. Además, el ritmo es un desastre…
Soy consciente de que en una adaptación al cine se tengan que cambiar muchas cosas, pero hay ciertos detalles bastante vitales del libro para la trama que aquí se han obviado completamente… o se han incluído sin explicar lo que son, sólo para que los fans del libro digan “ay, esto!”, pero que los ven primero la película se quedarán con cara de moniato.
Por lo tanto, que Harry Potter y la Orden del Fénix sea la película más corta de la saga cinematográfica, teniendo en cuenta que el libro es el más largo, me parece un error. La trama no está bien definida, y no posee ni la mitad de la mitad de la mitad de la tensión y el mal rollo que tenían en el libro: no da en ningún momento la sensación de que algo gordo se está gestando dentro del mundo mágico (al menos hasta casi el final).
Ahora bien, el acto final, toda la parte del Ministerio de Magia, es una gozada, y bastante fiel al libro.
Las luchas entre magos buenos y malos es un delirio visual muy disfrutable, aunque haya tomas en que no se vea absolutamente nada, y la lucha final entre dos de los más grandes magos, está muy bien realizada; muy electrizante.
Por todo este acto final y por algunas otras cosas que me han gustado bastante (Luna Lovegood, Dolores Umbridge, los cestrals, los gemelos Weasley, los primeros diez minutos, el nuevo diseño de los Mortífagos…), le doy el aprobado justito, pero MUY agridulce.
La que podía haber sido, aprovechando el potente argumento del libro, la mejor película de toda la saga de Harry Potter, se ha quedado en un pequeño bluff, con una traca final considerablemente orgásmica.