Marcada por una inestabilidad constante en su guión, parece que siempre falta algo y que los hechos presentados han sido construidos a la ligera sobre el papel y sobre la pantalla.

★★☆☆☆ Mediocre

Eragon

Cuanto menos, es curiosa la lucha de algunos estudios cinematográficos por un nuevo éxito en taquilla y por lo que yo llamo en el cine “etapas”, para que me entendáis: se estrena una película que bate todos los récords, se convierte en un clásico de la historia del séptimo arte y marca a una generación. Acto seguido, salen 800 filmes en la misma línea y con las mismas premisas argumentales y/o técnicas. Pasó con Star Wars.Pasó con Matrix. Pasó con La Noche de Los Muertos Vivientes.Pasó con Seven.Pasó con Terminator.Pasó con Alien… y por supuesto, pasó con El Señor de los Anillos. En cierto modo, se trata de la ya vieja historia de la oferta y la demanda. A veces salen cosas dignas, otras puros bodrios y otras productos que te dejan totalmente indiferente. En este caso, y según mi opinión, nos encontramos en un producto que, aunque para nada es un subproducto, es la típica película “bluff”: adornada en la promoción hasta la saciedad y que en el visionado se queda símplemente en una cinta entretenida para pasar un rato ameno.

Adaptada desde la obra homónima de Christopher Paolini, escrita en la adolescencia, la película aborda la historia de los Jinetes de Dragón, formados para hacer el bien y para proteger al pueblo. Los hombres prosperaban y las ciudades crecían…hasta que un día nació un niño llamado Galbatorix. Los Jinetes lo aceptaron como uno más y superó a todos en habilidad y destreza. Dotado de una mente superior y de un cuerpo fuerte, destacó entre todos los Jinetes. Un día, en la oscuridad de la noche, robó un huevo de dragón y convenció a Morzan, otro Jinete, a que se unieran en el estudio de la magia negra y prohibida. Más adelante, en una batalla sangrienta, Galbatorix consiguió dominar a todos y se proclamó rey de toda Alagaesia…y aquí comienza nuestra historia. Eragon, un simple campesino adolescente, encuentra una piedra azul en el bosque y, pensando que es un guiño de buena suerte, se la lleva a su granja. De repente, un dragón nace de la “piedra” y lo marca como su Jinete: desde ese momento, Eragon hace que el mito de los Jinetes de Dragón reviva y se convierte en una esperanza contra la tiranía de Galbatorix.

Marcada por una inestabilidad constante en su guión, parece que siempre falta algo y que los hechos presentados han sido construidos a la ligera sobre el papel y sobre la pantalla. No creo que Eragon tenga ese mal que muchas adaptaciones sufren en su paso al celuloide, donde muchas veces se transforma a un libro de tropecientas páginas en un guioncito que apenas cubre dos horas de proyección…pienso que el error ya viene del libro, que adolece de una falta de originalidad demasiado alarmante: es una historia que, aunque manida, promete y que llevada por otros derroteros no habría llevado al espectador a ver algo tan típico, a veces demasiado típico. Pudiendo llegar a mucho más, el filme se queda en esa estela de películas que siguen a otras -como menciono más arriba-.

De todos modos, también tiene sus puntos positivos o al menos salvables. El joven Edward Speleers tiene una buena presencia escénica ante las cámaras y parece desenvolverse bien ante éstas. Jeremy Irons, Sienna Guillory y Robert Carlyle no lo hacen mal y dan clase a esta producción. También Saphira (el dragón femenino de Eragon) está magníficamente construida e interpretada por los dobladores (en la versión original, le presta la voz Rachel Weisz). Los efectos especiales son interesantes y con una banda sonora competente.

Espero que la segunda entrega de la saga consiga remendar los errores de la primera y que demuestre que es más que otra de esas franquicias de usar y tirar, a pesar de dar indicios de una historia totalmente plana (me temo).
Lo mejor: Para pasar el rato.
Lo peor: Una falta de originalidad terrible.
publicado por Caty el 24 enero, 2007

Enviar comentario

muchocine 2005-2019 es una comunidad cinéfila perpetrada por Victor Trujillo y una larga lista de colaboradores y amantes del cine.