Celda 211
La película de Daniel Monzón se convirtió en la sensación del cine español el año pasado. Y así quedó registrado en los Goya, donde triunfó con un total de 8 estatuillas, entre ellas, las más importantes (Película, Director, Actor protagonista…).Para quien todavía no haya visto Celda 211, este drama carcelario nos lleva a una prisión en la que se inicia una revuelta que pilla dentro a funcionario de prisiones en su primer día de trabajo (de hecho, ni siquiera es su primer día, es el día antes de su primer día). Tendrá que hacer todo lo posible para que el resto de compañeros de cárcel no se den cuenta de que en realidad pertenece al bando contrario para conseguir mantenerse con vida.
Y en medio de todo el jaleo que montan los presos, que tienen a tres etarras como rehenes para negociar con las autoridades, destaca el cabecilla, Malamadre, un Luis Tosar inmenso que consigue dejar en tinieblas al resto del reparto. Hay buenas interpretaciones, sin duda, pero cuando te encuentras frente a un personaje como el interpretado por Tosar, no hay nada que hacer, imposible destacar.
Malamadre es lo mejor y lo peor de Celda 211. Lo mejor, porque es un personaje con fuerza, con carisma, interpretado con genialidad y atrevimiento. Lo peor, porque si se tiene la sensación de que el peso de una película recae sobre un solo personaje, es que algo falla en general.
Eso sí, Celda 211 es una nueva muestra de que en España también se hace cine del bueno, digan lo que digan. Lo difícil es que público, crítica y Academia coincidan. En este caso, sí lo hicieron, y eso es todo un logro que se pueden apuntar Monzón y Tosar.