Celda 211
Hay que ser muy gafe para que, el día que empiezas a trabajar como vigilante en una prisión, vaya y se monté un motín de padre y muy señor mío. Y más si, encima, vas y te quedas encerrado dentro con los presos. Lo bueno que tiene la cosa es que, como los presos todavía no te han visto con el uniforme, podrás hacerte pasar como uno de los suyos. Eso es, precisamente, lo que hace el protagonista de Celda 211, quien deberá engañar al numeroso grupo de presos amotinados, incluyendo su cabecilla, un tio con unas malas pulgas de escándalo conocido por todos con el sobrenombre de Malamadre.
Madramale es Luis Tosar, un actor que tampoco lo vamos a descubrir aquí y ahora, y que resulta de lo mejorcito de una película dirigida por Daniel Monzón (quien va de menos a más, aunque excesivamente lento). La peli es un thriller carcelario, con una mayor dosis de humor de la que se podría esperar en un principio (algunos de los presos encerrados mantienen diálogos que parecen sacados de Makinavaja), notablemente entretenido en lo que a la prisión se refiere, aunque bastante plomizo cuando la acción se desvía hacia el exterior. Además de a Luis Tosar, en la película encontramos a Alberto Ammann (que no es que no esté a la altura de Luis Tosar, es que está a años luz), una guapísima Marta Etura y a un Antonio Resines, con sus tics de siempre, haga de bueno, de malo, de feo… o de árbol. Por cierto, el final de la proyección fue acompañada de los gritos de los fans de Crepúsculo que hacían cola mientras berreaban a grito pelado esperando ver el escueto trailer de la segunda entrega.