El intercambio
No es la mejor película de Clint Eastwood, pero deja un cierto poso de desasosiego en el espectador, una sensación de desprotección que al final adereza con una gotita de esperanza. Esperanza falsa en la única sonrisa que nos regala Jolie durante todo el metraje. Esperanza que se desvanece cuando aparecen los créditos de final.
¿Quién vigila a los vigilantes? Es el eterno debate. En la película un error policial desencadena una serie de catastróficas desdichas, como diría Carrie, y convierte en un zombie con patas a una ciudadana trabajadora de clase media que busca por tierra y aire a su hijito.
Otro tema para el debate que arroja el maestro es la relación de los hijos con el trabajo de sus padres y viceversa, la tan traída "conciliación de la vida familiar". Al padre de la criatura le pesa la responsabilidad y desaparece del mapa, y la madre, que tiene que criar al niño sola, cancela una tarde en el cine con su hijo por echar horas extras en el trabajo.
No es el tema central de la película, pero me parece igual de interesante. ¿Hasta qué punto dejamos nuestra vida familiar de lado por el maldito trabajo?