Wall-E
Wall-e es una cinta magistral, el sentido las formas y la originalidad de este maravilloso metraje de animación, dejan al espectador anodadado en la gran pantalla, sí, he dicho gran pantalla, debe verse en cines o formatos de gran escala para poder disfrutar de una textura y de una obra maestra tecnológica envidiable hecha por ordenador.
La firmeza, la espontaniedad y originalidad de unos robots llenos de magia que nos encausan a un mundo más real de lo que nos podamos imaginar en un futuro lejano.
Una primera media hora sin apenas diálogos de asombrosa finura e incertidumbre, mágicas imágenes con un robot fascinante. Una historia tierna donde las haya y no por el hecho de tristeza o emoción desbordante, es porque estamos ante una película que perdurará en nuestro recuerdo por su calidad visual, su poder de atraparnos y llevarnos de paseo a una historia entrañable, es mágica.
Destaquemos también la parte ética y moral de la cinta, no dejemos de lado a los más mayores de la casa, sino todo lo contrario, muy recomendable para todos los públicos. Sepamos recoger y sembrar el mensaje que Andrew Stanton nos acerca y ofrece, dándonos un maravilloso toque de atención a lo que nosotros, los seres humanos, estamos haciendo con la tierra, por nuestro afán de poder, lucha y teniendo de todo, queremos más y más.
Wall-E y Eva te robarán un pedazo de tu corazón, llenando tus ojos de dulces lágrimas.
Parece cantado que en la próxima edición de los Oscar, en la categoría de animación, la estatuilla ya tiene premio, pero eso no es todo, probablemente caigan unos cuantos, tiempo al tiempo.
Pixar vuelve a darnos una lección de un trabajo muy bello
Y queridos amigos, el que no la haya visionado, ya está tardando.
Yo también te quiero Eva…