Wall-E
Las películas de animación no suelen defraudar (y más si son técnicamente tan perfectas como suelen ser las de Disney-Pixar…y sobra decir que ésta lo es). Son válidas tanto para niños como para niños adultos, como yo, si es que tengo algo de adulto, claro… En ellas tienes diversión garantizada, pasas un rato agradable y entretenido, y esa noche no cenas porque acabas harto de palomitas y cocacola. Si bien esta "Wall-E" es algo distinta a las películas de animacion convencionales. En ésta se nos muestra la devastación provocada por el mayor villano de la historia, un villano sin ningún tipo de escrúpulo…el ser humano.
En un futuro relativamente lejano, nos encontramos un mundo deshabitado, asolado por toneladas (y edificios) de basura, y un pequeño robot (y su inseparable cucaracha) es el único habitante del planeta. Su misión es clara, recoger y almacenar la basura que acumularon los humanos, mientras estos están de crucero espacial hasta que La Tierra vuelva a estar completamente limpia y habitable. Con esta sinopsis, sinceramente, no esperaba demasiado de esta película, a la cual me costaba encontrarle un sentido, un robot, solo en La Tierra, encargado de limpiarla…¿cómo van a entusiasmarnos con algo así? Sin embargo, al salir de la sala, tenía la impresión de haber visto una de las mejores pelis de animación (si no la mejor, y esto son palabras mayores) que he visto nunca…aparte de que sales más tierno que una magdalena. Este pequeño y entrañable robot (con cierto parecido a ET) se pasa la vida recogiendo basura, ordenándola y, dependiendo de lo que encuentre, guardándola en su casa (o museo), desde piezas para su propia reconstrucción, hasta una TV y una cinta de vídeo de un musical ("Hello Dolly"), en el cual se fija enormemente en los detalles de la unión de la pareja que baila…desde ese momento, el robot nos va mostrando unas pequeñas dosis de humanidad que irán aumentando durante toda la película, especialmente cuando aterriza en La Tierra una compañera metálica, mucho más sofisticada y moderna, y con un cometido completamente distinto a nuestro amigo, el cual no revelaré, por si hay alguien que aún no la ha visto. El contacto no es fácil, pero la presencia de otro ser en el planeta despierta en Wall-E unos sentimientos que jamás habían aflorado en él, dejando para el recuerdo unas escenas increíblemente bonitas, desde los primeros (y difíciles) contactos, hasta escenas preciosas bajo la lluvia y reflejos en sus carcasas metálicas, que sacan a la luz tu vena sensible. En prácticamente 45 minutos de película sin articular palabra (inteligible), la 2ª parte de ésta toma otro rumbo, mucho más frenético y acorde con las películas de este estilo, ya que el propósito que otrora tuvieron los humanos puede verse cumplido gracias a nuestros dos compañeros de viaje. Pero no lo tendrán nada fácil, y vivirán una auténtica odisea (en el espacio) para intentar lograr que todo vuelva a la "normalidad".
Una película preciosa, más que recomendable para los adultos (incluso más que para los niños), en la que la humanidad de dos robots es mayor que la de toda la raza humana, una panda de vagos acomodados que ni siquiera conocen a su compañero de sillón, y no muestran ningún tipo de apego por lo que son ni llegarán a ser. Una pequeña crítica que nos hacen, algo a tener en cuenta…y una gran película que nos regalan, una maravilla en todos los sentidos.
9/10