La Pixar una vez más nos adentra en una aventura maravillosa de la mano de un pequeño y “sencillo” robot que después de 800 años de vida en la tierra y un defecto, desarrolla una personalidad propia. Las características físicas de Wall.E nos hacen recordar inevitablemente al adorable E.T. (1892), otro de los íconos del cine, e incluso yendo más lejos, muchos gomosos de los video juegos le han encontrado parecido con R.O.B. del video juego de Nintendo o al Robot 5 de las películas Corto Circuito I y II de los años 1986 y 1988. El guión y la dirección de esta película están a cargo de nada más ni nada menos que por Andrew Stanton que ha participado en importantes películas de animación como Toy Story I y II (1995, 1999) en el guión, al igual que Monsters, Inc y en la dirección de Encontrando a Nemo con la cual obtuvo el premio de la Academia como Mejor Película Animada del año 2004.
Cada vez más el género de la animación se está convirtiendo en un plataforma para tocar temas sensibles para la humanidad y así lo hace esta nueva cinta que no solo continua esa linea como lo han hecho otras películas; basta tan solo con recordar algunas producciones del año pasado y de este mismo año como Los Simpson con su crítica hacia el cuidado del medio ambiente, Horton que nos hace reflexionar acerca de nuestro trato a la naturaleza y la crueldad humana y Bee Movie con el que se satiriza el comportamiento humano. La diferencia con las anteriores mencionadas, es que Wall.E no solo siguió esta línea dejando un mensaje claro y contundente en medio de la historia, sino que convirtió este mensaje en una denuncia social seria acerca de la tecnología y lo autómatas que nos estamos volviendo a causa de ella.
Esta denuncia viniendo de la Pixar, creadores a diario de alta tecnología en su campo, cobra mucha más importancia, validez, se acepta, se asimila con mucha más atención y le da resonancia al tema. Es una fuerte crítica a la sociedad que cada día olvida su entorno, cada día es más insensible, más egoísta y total consumista, que la vuelve dependiente de todo aquello superficial, la enbrutece, la vuelve perezosa y la hace olvidar su papel importante en la tierra. Wall.E es una película visual, el 85% de esta historia se cuenta a través de imágenes claras que no necesitan ningún tipo de explicación y a través del lenguaje “corporal” entre humanos y máquinas, con el cual se hace también un llamado a recuperar nuestras relaciones, a conservar, cultivar, rescatar nuestras amistades, además de la invitación a dejar de ver tan solo lo que está a milímetros de nuestro alcance y alzar la mirada para echar un vistazo a nuestro alrededor y así descubrir el amor, una fórmula infalible no solo para el cine, sino en la realidad, que vivifica al ser humano y lo vuelve sensible frente a todo.
La música, es otra de las cosas inevitables de ignorar, es una parte indivisible de este film y que entre otras cosas, evoca canciones de la película Hello, Dolly un famoso musical del año 1969 estelarizado por los ganadores al Oscar Bárbara Streisand y Walter Mattau, además de crear una bella canción escrita e interpretada por el cantante inglés de rock and roll de los años setenta y ochenta, Peter Gabriel llamada “Down to Earth” que verán en los créditos finales y que recomiendo escuchar con atención porque complenta el mensaje de esta cinta.
La música, es otra de las cosas inevitables de ignorar, es una parte indivisible de este film y que entre otras cosas, evoca canciones de la película Hello, Dolly un famoso musical del año 1969 estelarizado por los ganadores al Oscar Bárbara Streisand y Walter Mattau, además de crear una bella canción escrita e interpretada por el cantante inglés de rock and roll de los años setenta y ochenta, Peter Gabriel llamada “Down to Earth” que verán en los créditos finales y que recomiendo escuchar con atención porque complenta el mensaje de esta cinta.