Spiderman 3
Que terceras partes difícilmente son buenas es algo que, seguramente, casi todos pensamos. Que mucho dinero no siempre es sinónimo de un buen producto, lo comprobamos semana sí y otra también en la cartelera de nuestro cine. Que una película basada en un comic sólo cumple la función de entretener es un axioma. Pero es que por mucho que intente justificarla, la última película de Sam Reimi sólo puede definirse como una aburrida y patética historia que defraudará tanto a los amantes del superhéroe como a aquellos que, sin ser simpatizantes del mismo, disfrutaron con las dos anteriores sagas.Sin apenas acción y con unos efectos especiales que han sido más caros que visuales, la narración nos muestra un baturrillo de melodramáticas historietas que tienen un claro sabor a folletín. Y no se crean que el director ha tenido algo de decencia y sólo nos ha amuermado durante noventa minutos, nada de eso, ¡más de dos horas de insufrible tortura!
Durante la sucesión de anestésicos acontecimientos aparecerán dos nuevos personajes basados en el comic original (Veneno y el Hombre de Arena), sin embargo, al igual que pasó con el protagonista principal (Peter Parker), estos distanciarán bastante entre el papel y la pantalla.
A todo esto súmenle la rocambolesca transformación que sufre Spider-Man en manos del alienígena: le da por escuchar música Disco y creerse Benny Hill. Alucinante, ¿verdad? En definitiva, un auténtico desastre. Les he avisado.