Si usted disfrutó viendo cacarear a Paz Vega, olvídese del párrafo anterior y vaya a ver la película, quizás descubra lo que es un auténtico musical.

★★★☆☆ Buena

Dreamgirls

Ver un musical en el cine me parece una idea muy arriesgada si la producción es española. Nunca recuperaré, para mi desgracia, la gran cantidad de circuitos neuronales que perdí tras ver una de las películas más taquilleras del cine español, así como una de las más malas: El otro lado de la cama. Otra cosa muy distinta es ver un musical norteamericano ya que, señores, pese a quien le pese, ellos saben hacer un buen espectáculo y eso es, ante todo, lo que deber ser un musical.

Basado en una obra que triunfó durante la década de los ochenta en los escenarios de Broadway, el largometraje nos narra la trayectoria profesional y sentimental de un trío de chicas que aspiran a triunfar en el mundo de la música.De todos es conocido el papel interpretado por la famosa Beyoncé, sin embargo, destaca, por encima de todos, la voz de una desconocida en nuestro país, Jennifer Hudson, que fue dada a conocer en un exitoso programa de la cadena Fox: American Idol (una especie de OT pero a lo grande). Por su gran labor, está nominada a los Oscars como mejor actriz secundaria (aunque lo tiene complicado porque compite con la impresionante Abigail Breslin)

Debemos mencionar, también, un importante trabajo de vestuario, maquillaje y peluquería (un estilismo que ha sabido mostrarnos lo más innovador de los sesenta y setenta, trabajo que también le ha merecido una nominación). Los numeros musicales destacan por un gran conjunto de voces que vibran con distintos ritmos (rock, blues, jazz o gospel) y que están acompañadas por sencillas coreografías, a las que se les podía haber sacado más provecho.

Dicho lo bueno de DreamGirls, queda por analizar lo que le ha faltado o sobrado para que el resultado final no haya sido tan espectacular como hubiera podido ser, algo, que podría esbozar en nueve palabras: le sobran veinte minutos y le falta más “prosa”. El primero de los problemas es común a la mayoría de las películas que se realizan desde hace varios años: no sé a quién se le ocurrió la idea de que los largometrajes deben durar más de dos horas pero, en ocasiones, lo único que se percibe es un mal concepto del montaje. En cuanto al segundo de los problemas, se puede describir de forma muy sencilla. Piensen en un cantante o grupo musical que haga de sus delicias. ¿Lo tienen? Ahora imagínense disfrutar de la música que les gusta durante un concierto de dos horas. Perfecto, ¿verdad? Ahora disfruten de ese mismo concierto pero en DVD, nuestro artista ya no tiene la magia del directo y, por lo tanto, es posible que se nos haga más pesado. En otras palabras, no es lo mismo ver el directo de un musical en un teatro que verlo en el cine. El primero cuenta con la magia de sentir la actuación en vivo, por lo que, agradeceremos una orgía de música y canciones. El segundo, ya no cuenta con esa gracia, por lo que, deberemos incorporarle más diálogos que ayudarán al público a digerir la ambigüedad de una actuación grabada.

Y ya para terminar, sólo me quedaría apuntillar una aclaración: si usted disfrutó viendo cacarear a Paz Vega, olvídese del párrafo anterior y vaya a ver la película, quizás descubra lo que es un auténtico musical.
publicado por Elena Suárez el 24 enero, 2007

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