Spiderman 3
Mal que nos pese, nunca hay dos sin tres, y en el cine esta máxima se cumple a rajatabla, salvo cataclismo taquillero. Y como la franquicia de Spider-Man ha generado pingües beneficios para sus productores, ya tardaban demasiado en pergeñar la tercera entrega de la saga, la cual será la última (no por falta de ganas, sino porque Tobey Maguire ya ha dicho que no volverá a ponerse en mallas). La invasión que hoy sufren las carteleras españolas sólo puede ser comparable a la que sufrimos hace casi 200 años a manos de Napoleón y su Grande Armée. A aquella le plantamos cara y vencimos, pero al hombre araña es difícil pararle los pies.Sam Raimi nos ofrece la película más oscura de la saga, en la que los conflictos interiores del héroe se multiplican, al mismo tiempo que aumentan en ese extraño triángulo (ríanse del de las Bermudas) que forman Tobey Maguire, Kirsten Dunst y James Franco. En fin, la moda hollywoodiense de turno, que dice que en una cinta de acción y efectos pura y dura hay que introducir elementos humanos y dramáticos para demostrar su profundidad. Y desde luego, con semejantes argumentos, Spider-Man 3 consigue demostrar que tiene la misma profundidad que la del caudal del río Júcar. El guión tiene tanto desarrollo y progresión como el de un comunista en Wall Street, y todos sus personajes son de encefalograma plano. Por si fuera poco, para conseguir tamaño efecto, hay que realizar un film de dos horas y media de duración, es decir, sesenta minutos más de lo que cualquier ser humano consideraría racional. Hay que decir en favor de la cinta que tiene un par de secuencias buenas, y un despliegue técnico realmente impresionante, pero que a pesar de su espectacularidad, no consigue rellenar el clamoroso vacío argumental.
A los acérrimos seguidores de la Marvel, Spider-Man 3 les encantará. Al resto de los espectadores, que vean la película sin la venda del fanatismo cegándoles los ojos, les resultará un film insulso, aburrido y excesivamente largo. Qué pena que al lado de la taquilla de cada cine no se monte un chiringuito que venda insecticida y mata-moscas, porque sería un verdadero pelotazo, y un alivio para más de un desconsolado espectador.
Lo mejor: Que es la última.
Lo peor: Que hayan tenido que hacer tres películas de esta franquicia.