Teresa, el cuerpo de Cristo
Con la Iglesia hemos topado querido lector. Y tras este pequeño homenaje a Miguel de Cervantes, hay que decir que si es difícil hacer una película sobre temas religiosos hoy en día sin ofender a nadie, también lo es hablar de ella sin herir ningún tipo de sensibilidad. Por más siglos que hayan pasado, por más teóricamente evolucionado que esté el ser humano, hay ciertos temas que siempre causarán polémica, y la religión, sea cual sea, es uno de ellos. Y si a una cinta religiosa le pones un título tan llamativo y provocador como Teresa: El Cuerpo de Cristo, ya tienes servida una buena ración de polémica, lo que supondrá a su vez una mayor expectación por parte del público.Diez años después de su ópera prima, Ray Loriga regresa a la dirección para mostrarnos desde un teórico nuevo punto de vista a Santa Teresa de Jesús, figura clave en la historia de la Iglesia Católica. La intención de Loriga era acercar al espectador un personaje bien conocido por todos, tanto por los libros de historia como por anteriores films, con una visión fresca y nueva, alejando a Santa Teresa del misticismo puro y mostrando su lado más carnal y humano. Sin embargo, Teresa: El Cuerpo de Cristo se aleja de la intención inicial y comercial de Loriga, ofreciendo una visión beata y mojigata del personaje; en vez de retratar a una mujer, con luces y sombras, y su lucha, el cineasta realiza un retrato puramente hagiográfico. Asimismo, hay que decir que una de las claves del paso a la posteridad de Santa Teresa fue su gran labor literaria, y que dicha labor aparece en la cinta en un deshonroso segundo plano.
El guión, parte del cual lo componen (de una forma subrepticia) los propios versos de Santa Teresa, es plano y carente de sentimiento. La dirección de Loriga es pésima, lenta hasta la extenuación y carente de cualquier noción de lo que es el ritmo cinematográfico, a lo que contribuye alegremente su nefasto montaje. Ray Loriga se preocupa más del aspecto visual de su obra que de la historia en sí, y eso le pasa factura desde la secuencia inicial. Hay una serie de escenas, las ensoñaciones de Santa Teresa, en que la cinta raya lo esperpéntico. Los únicos aspectos positivos de tan inefable título son el diseño de vestuario y la fotografía de José Luis Alcaine, realmente meritoria teniendo en cuenta el afán de su director por realizar coloridos cuadros en movimiento. Lo mejor de la cinta, sin duda, es la interpretación sobria y contenida de Paz Vega, que demuestra a todos su natural capacidad interpretativa con un brutal cambio de registro.
Teresa: El Cuerpo de Cristo partía con la vitola de película polémica de la temporada, y sin embargo se queda en un retrato meapilas que bien podría haber sido realizado hace cuarenta años, con la censura en pleno apogeo. Tal vez algunos críticos deberíamos formar una secreta Inquisición, en la que actuaríamos movidos para preservar el buen nombre del cine, llevando a obras como ésta a su merecido destino: el fuego purificador.
Lo mejor: Paz Vega.
Lo peor: Ray Loriga ofrece más de lo mismo sin aportar nada nuevo.