Transformers: La venganza de los caídos
Hace dos años, Michael Bay deslumbró a medio mundo con su gigantesca y descomunal visión de los Transformers, aquellos muñecos con los que jugamos varias generaciones de niños en todo el mundo y que posteriormente dieron el salto a la pequeña pantalla en forma de serie de animación. Lo sucedido entre cineasta y obra sólo puede calificarse como una simbiosis perfecta entre creador y creación. Bay ha encontrado por fin una saga en la que se siente como pez en el agua, y unos personajes con los que poder saciar todos sus instintos cinematográficos llenando la pantalla de extrañas criaturas, robots y la más espectacular pirotecnia que uno pueda imaginar.
Y eso mismo es Transformers. Revenge of the Fallen, una secuela que transita con pasmosa fidelidad el camino iniciado por su predecesora. Tal es la continuidad y similitud entre ambos films, que podríamos recuperar la crítica de hace dos años, crítica que por cierto también serviría para la muy previsible tercera entrega de la saga. Pocas novedades ofrece Bay en la cinta, siendo la principal de ellas que se le ha dado más protagonismo a los propios transformers (especialmente en las secuencias de acción), corrigiendo así uno de los aspectos más criticados de la película original. Otro de los cambios más acentuados del film reside en su guión, al que se le ha añadido una notable carga de humor adolescente descerebrado (el personaje de Ramon Rodriguez y el de los padres así como las largas secuencias de la universidad se las podrían haber ahorrado) al tiempo que se ha enrevesado, añadiéndole conflictos propios de telenovelas, sustituyendo la simplicidad del original por una trama densamente artificial que en sus casi dos horas y media de metraje aburre a cualquiera. Lo que no ha desaparecido es el mareante, cargante y casi megalomaniaco sentido del espectáculo de Bay y la velada exaltación de la maquinaria militar norteamericana tan característica del cineasta.
Transformers. La Venganza de los Caídos, es Michael Bay en estado puro, una secuela que transita por los mismos esquemas del film de 2007 con sus vicios más que sus virtudes corregidos, aumentados y magnificados a una escala pocas veces vista hasta ahora.