Fesser, tiene un humor muy especial, y lo canaliza de forma extraordinaria a través de todos los personajes del film, creando ese mundo donde la protagonista reparte cariño y mucha ternura.

★★★☆☆ Buena

Candida

Me es muy difícil poder clasificar esta película, porque sin duda toca unos cuantos géneros: drama, comedia, crítica social. Lo indudable es que “Cándida” se presenta como un personaje ciertamente entrañable, y cuenta mucho el saber que aquí la protagonista no interpreta, es tal cual, y su historia está muy acorde con su tiempo de estreno. Nos habla de gente perdida y un angel de la guarda que no tiene que llevar coletas ni pronunciados escotes.

Para aquellos que hemos seguido al dúo Gomaespuma desde hace ya bastantes años esta película nos resulta familiar. Familiar por el tipo de humor que utiliza, la forma de sostener los diálogos, las frases aparentemente incoherentes entre sí, y a la vez por ver en pantalla a esa señora que nos ha estado deleitando con sus críticas imposibles. Con toda razón, los que acudan a ver la película sin pasar por dicho filtro previo se encontrarán algo desubicados al principio y tal vez no logren entender del todo a la protagonista, pero esto no quita que hacia el minuto 5 ya nos tenga comiendo de su mano.

Cándida, al igual que en la realidad, afronta la dureza de su vida familiar a través de la bondad y la entrega sin cortapisas. Tiene un hijo drogadicto (Raul Peña) y otro loco de remate (Victor Sevilla), trabaja para una condesa del tres al cuarto que le racanea hasta el estropajo, y comienza a velar por el señorito Pablo, un presentador de la tele con caótica vida personal. El objetivo de Cándida será el mismo para todos: hacerles la vida lo más agradable posible a costa de sus riñones.

El director de “Cándida”, Guillermo Fesser, 50% de Gomaespuma y hermano de Javier -”Mortadelo y Filemón”- Fesser, tiene un humor muy especial, y lo canaliza de forma extraordinaria a través de todos los personajes del film, creando ese mundo donde la protagonista reparte cariño y mucha ternura. No tan colorista e histrionico como su hermano, Fesser baja un peldaño hacia las situaciones más reales y duras como la drogadicción del hijo menor, la irresponsabilidad de una hija algo ligera de cascos, una vecina que recibe palos todos los días y unas jornadas maratonianas de una asistenta que se conforma sólo con su tele.

Lo mejor, es que al final se me erizaron los pelos y el nudo de la garganta no se me iba. Lo peor también hay que mencionarlo, y es que el film hacia la segunda mitad pierde el rumbo por completo. Tal vez alargar en exceso la relación de Cándida y el señorito Pablo hace que pierdas al final el eje sobre el que recaía la película al principio. Un final muy conformista y muy blanco, quizás demasiado para tanta pena que acarrea la protagonista.

Por cierto, algo que caracteriza a los hermanos Fesser es la música escogida para sus películas. Un vez más, las canciones aumentan en 100 las intenciones del director y dan una calidez al film que es muy dificil de conseguir con exitos de los 90. La versión de Pitingo del Gwendoline de Julio Iglesias es impresionante.

A pesar de todo, “Cándida” me ha supuesto el mismo revulsivo que fue “Babel”, y por dios no me crucifiqueis porque no las estoy comparando. Me refiero a que unas lagrimitas nunca vienen mal, y a que una historia de gente corriente del barrio de 500 metros más allá es como el cocido que te tomas tras dos semanas comiendo spaguetti: un calentito para la cabeza.
publicado por Bloody Will el 12 enero, 2007

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