Shutter island
Una isla llena de misterios, una institución para recluir a enfermos mentales peligrosos y personajes intrigantes y de los que no puedes estar muy seguro. Misterios por todas partes y un rompecabezas para resolver. Martin Scorsese se pone de lado de los grandes maestros del cine de suspense en Shutter island para marcarse una película al más puro estilo hitchcockiano ayudado por Leonardo DiCaprio, Ben Kingsley y Mark Ruffalo.
Una historia de la que es mejor no saber nada antes de verla y no darle muchas vueltas hasta el final, y que podemos incluir en ese grupo de películas hechas para ver dos veces para poder captar todos los detalles que se nos han escapado a la primera una vez que conocemos la explicación de todo.
Nada diré del argumento; sólo que te tienes que dejar llevar por los recovecos de la mente del protagonista en una mezcla de imágenes reales y oníricas que, en un ambiente tétrico, lluvioso, oscuro y misterioso, nos lleva a recorrer todos los rincones de la misteriosa isla y sus más misteriosos todavía habitantes.
Una de esas películas que entretienen y gustan, bien planteada y bien ejecutada. El ambiente desasosegante e inquietante se apodera del espectador, pero se agradece la escasez de sustos efectistas, tan abundantes en películas de este estilo. La película funciona por la atmósfera que se crea, por el ambiente asfixiante y oscuro, por esa mezcla de sueño y realidad y esas piezas sin sentido que van quedando por el camino. Tranquilidad, todo tendrá sentido. Déjate llevar por el maestro Scorsese.