Shutter island
No sabía que esperar de ésta cinta, basada en una novela deDennis Lehane (el mismo autor de Mystic River) , que el Maestro Martin Scorsese ha llevado al cine de una manera, a nivel estético y formal, muy cinematográfica. Muy de género clásico. Casi como una de esas películas basadas en novelas Pulp de los años 40 y 50.
Sin ser cine negro, si tiene muchos de sus gestos y posturas. Llevados a un punto máximo de expresión para que el público sea consciente de que, al juego que pretende jugar la película, es uno el el cual los espectadores saben que lo que le están ofreciendo, es un espectáculo cinematográfico que se basa en el disfrute del género en sí. Casi como una fuente.
No quiero poner Spoilers en la crítica, así que no haré referencia al último tercio de la cinta, al menos en lo que a la trama se refiere.
En resumen, se nos cuenta la historia de como un par de polis llegan a una prisión de dementes que está situada en una isla, donde Cristo perdió el mechero (where the Christ lost the lighter). Y tienen que investigar la desaparición de una paciente/reclusa. Ya allí, el personaje muy bien retratado porLeonardo Di Caprio, empieza a sospechar que una extraña conspiración envuelve a esa isla.
Bien, es totalmente cierto que Scorsese pretende jugar a ese juego en el que el espectador sabe, de algún modo, intuye lo que va a pasar. Y dirige la película conforme a esa base.
SHUTTER ISLAND ofrece demasiada información en el trailer, tanta que casi puedes adivinar el final, que obviamente posee un giro narrativo propio de esas historias de serie B de los años 50, explotadas en libros de mala muerte de los que Scorsese era fan. Por esa razón es difícil concretar una opinión crítica sobre una película que, de algún modo, se debe a ese giro.
De todas formas puedo decir que la película está magníficamente dirigida, consiguiendo momentos de muy buen cine. Scorsese sabe usar la cámara de una manera magistral, llegando en algunas secuencias a conseguir que la forma se haga más importante que el fondo. Tanto que, en ocasiones, olvidas el fondo. Un fondo que pierde fuerza por momentos, y no porque la forma sea demasiado buena, si no porque la historia, la trama, no es excesivamente buena. Ni tampoco excesivamente bien llevada.
El reparto hace mucho por una cinta que no se podría sostener sola si no fuese por todos los elementos que la rodean, y que son mérito del director. Como decía la elección perfecta de un reparto en estado de gracia. Porque todos, y digo todos, han sabido coger perfectamente el tono farsante de una película que, en ningún momento, pretende ser excesivamente seria. Solo quiere jugar a ser una película cara y con posibilidades que ocurre en el mundo de las películas de serie B y las novelas pulp. Es un ejercicio de puro estilo.
Teniendo en cuenta lo que finalmente se cuenta en la cinta, la historia se alarga en exceso, sobretodo, en su primera mitad. En la cual, durante al menos media hora, la trama esta pegada contra un muro al que no para de dar patadas a modo de falsos pasos de guión. Peca de larga, teniendo en cuenta su carácter de cine de explotación, debería haber sido una película más corta, y tirar de tijeretazos, sobretodo al principio.
Podría haber sido una película mucho más conseguida si, en lugar de echar la trama sobre unos elementos ciertamente endebles durante la primera mitad, la historia hubiese cargado contra los puntos más tópicos, aunque siempre funcionales, de las películas de detectives.
Scorsese realiza una película muy brillante en su forma, muy divertida y disfrutable a ese nivel. Tanto que uno puede pasarlo bien casi sin hacer caso a lo que realmente está ocurriendo. Pero que falla a la hora de hacer demasiado claro desde el principio como va a terminar.
No es una película brillante ni de lejos. No es una película que esté a la altura de la calidad de la media de Scorsese, es más, es posiblemente de las más flojas. Aunque sí es una cinta que, gracias a la mano Maestra del genio Scorsese puede considerarse una muy buena película a nivel de realización y puesta en escena.
Tiene una planificación magnífica en lo que se refiere a los planos, al uso de la cámara y los movimientos de actores en escena. Muy bien llevada en ese sentido. Muy plástica y llena de tópicos muy cinematográficos, llevados al extremo tanto en su estética como en la interpretación de sus magníficos actores.
SHUTTER ISLAND no disimula, al contrario, se muestra orgullosa de estar cargada de referencias de lo más claro. Desde el cine de Alfred Hitchcock, a la persecución por las alcantarillas de EL TERCER HOMBRE. Dándose así Scorsese el placer de jugar con algunas de sus películas favoritas, porque se ha ganado el derecho a hacerlo.
También destacar un uso de la música muy divertido. Tratando de crear una tensión a través de la misma en casi cada escena, creando otro paralelismo más con ese cine de consumo rápido y urgente tan propio de los años 50.
De algún modo, SHUTTER ISLAND es al cine de Scorsese lo que fue SNAKE EYES al cine de Brian de Palma, un ejercicio de estilo llevado al extremo más grande, sustentado por un guión más bien endeble pero no pésimo. Y con unos actores de altura, jugando en un terreno que siempre ha estado reservado para actores mediocres, pero que cualquier actor disfruta de manera indiscutible.
SIGUI GROSS (TYLER)