Ladrones engancha gracias a la extraordinaria química entre Juan José Ballesta y María Valverde, que bordan sus respectivos papeles de carterista atormentado pero encantador y pija caprichosa e insatisfecha.

★★★☆☆ Buena

Ladrones

El cine español lleva varios años gozando de muy buena salud, por no decir excelente. Al menos en lo que se refiere al terreno artístico y creativo, donde destaca especialmente la cantidad de óperas primas más que interesantes que se ven. La apuesta que hacen las productoras por los nuevos realizadores es realmente encomiable, aunque tal vez desde su perspectiva no lo sea tanto, cuestión de presupuestos.

Jaime Marqués Olarreaga debuta en la dirección de largometrajes con Ladrones, una de las películas que más dio que hablar en el pasado Festival de Málaga, donde consiguió el Premio Especial del Jurado. Aunque su título puede evocar un gran número de argumentos posibles, desde una ácida comedia acerca de los entresijos de Telefónica hasta las vivencias de una sucursal bancaria, Ladrones cuenta otro tipo de historia. Álex (Juan José Ballesta) es un joven carterista vocacional al que ha maltratado la vida y que es incapaz de valerse por otros medios. Un día conoce a Sara (María Valverde), una chica de un barrio bien, que disfruta cometiendo pequeños robos para sentir algo que no siente en su insípida y cómoda rutina: emoción y excitación. Ambos inician una peculiar relación, en la que se mezclan a partes iguales el amor, el deseo y el robo.

Jaime Marqués ofrece al público una película que se aleja totalmente de la imagen del ladrón de guante blanco, y muestra un retrato negro que nada tiene que ver con el glamour y el lujo. Con una puesta en escena minimalista y sobria, pero por completo efectista, la cinta sumerge al espectador de lleno en la historia, haciéndole partícipe de las alegrías y miserias de unos personajes perfectamente construidos. Destacan el buen montaje de Iván Aledo y la excelente fotografía de David Azcano. El film engancha desde el principio (aunque la secuencia inicial sea algo estridente), gracias en buena medida a la extraordinaria química que se desarrolla entre Juan José Ballesta y María Valverde, que bordan sus respectivos papeles de carterista atormentado pero encantador y pija caprichosa e insatisfecha. Como diría aquel, puede ser el comienzo de una hermosa colaboración artística. Sin embargo, a la mitad del nudo argumental, la película va decayendo poco a poco hasta entrar en una dinámica de caída libre. Además, el final se ve venir con facilidad, quizás telegrafiado en exceso. No obstante, pese a sus fallos, Jaime Marqués realiza un trabajo casi impecable para un cineasta novel, aunque en algunos momentos peca de un ritmo algo cansino y monótono.

Ladrones es una buena película que demuestra el gran nivel del cine español, y que este tipo de historias de carteristas y timadores de poca monta no sólo las domina Hollywood. Y por encima de todo, consolida a los dos mejores intérpretes jóvenes del panorama cinematográfico español.
Lo mejor: Juan José Ballesta y María Valverde.
Lo peor: Algunos defectos en la forma, que sin duda Jaime Marqués pulirá en el futuro.
publicado por Francisco Bellón el 21 junio, 2007

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