Venganza
Contando con un guión de Luc Besson y Robert Mark Kamen, Venganza (Taken) es un vibrante thriller de acción a lo Cannon en el que un espía retirado (Liam Neeson) deberá retomar su abandonada profesión para salvar a su hija (Maggie Grace), de las garras de una banda organizada de albanokosovares que tiene como lucrativo negocio la trata de blancas. Una premisa ya vista pero con bastantes alicientes que la elevan por encima de la media.
Un guión bastante elaborado pero con algunas inconsistencias, como por ejemplo el proceso deductivo del protagonista, combina sensacionalmente el drama, el suspense y la acción desenfrenada. Por otra parte, el trabajo de realización del director es francamente bueno, y por consiguiente las secuencias de acción aportan un dinamismo desenfrenado que encaja a la perfección con el resto de la historia. Es decir, Venganza es otra más de tiros, pero todo ello queda perfectamente justificado. El trabajo de Liam Neeson es impresionante, al igual que la puesta en escena, la fotografía y el resto de la factura técnica.
Un producto de entretenimiento, con calidad, eficiencia, destinado, eso sí, sobre todo a los amantes de la acción y las historias clásicas de venganza a lo Charles Bronson. Recordemos, no obstante, que este es el segundo film de esta categoría que podemos ver este año, tras la notable Sentencia de muerte, de James Wan.
Una muestra de que el cine en general, y no sólo el de acción, puede traer gratificantes sopresas, rodadas de manera no menos eficaz, como es el caso de esta salvajada para paladares exquisitos. Y es que, no todo está perdido.
Lo mejor: Es mortalmente entretenida y está rodada con mucho, pero que mucho estilo.
Lo peor: Algunas inconsistencias narrativas.