La Señal
El próximo 6 de Octubre (casualmente un día después del estreno comercial de La Señal en España) se cumplirá un año del fallecimiento del cineasta argentino Eduardo Mignogna. Dejaba como legado póstumo el guión que adaptaba su propia novela homónima, película que iba a protagonizar su amigo Ricardo Darín. Y como homenaje a Mignogna, Darín aceptó el reto de codirigirla junto a Martín Hodara.
Se hace raro ver una trama de cine negro ambientada en los años cincuenta que no proceda de Estados Unidos, o como mínimo, esté ambientada allí. Pibe Corbalán (Ricardo Darín) es un mediocre detective que un día recibe un encargo de una misteriosa mujer llamada Gloria (Julieta Díaz). Sin darse cuenta, Corbalán se ve en medio de un ajuste de cuentas entre mafias y venganzas personales. Desde las primeras escenas el espectador comprueba que Ricardo Darín ha aprendido de los grandes cineastas con los que ha trabajado, y no incurre en los típicos fallos del principiante. Está muy lograda toda la ambientación de la cinta (destaca su fotografía casi en blanco y negro), con un aroma a cine negro clásico que embriaga los sentidos de cualquier buen amante del séptimo arte que se precie. Sin embargo, y a pesar de que Darín y Hodara logran imprimir al film la fuerza e intensidad necesaria, la historia en sí misma tiene ligeros altibajos. Y cómo no, el Ricardo Darín actor vuelve a regalarnos otra interpretación sencillamente magistral, y es fácil imaginarle como compañero de desventuras de grandes como Humphrey Bogart. También es muy bueno el trabajo de Diego Peretti, que sale de un arriesgado cambio de registro de manera más que airosa.
La Señal es ante todo un homenaje de Ricardo Darín a la memoria de Eduardo Mignogna, y además es un buen ejemplo de que hoy en día también se puede hacer cine negro (véase El Buen Alemán), y que éste no es patrimonio exclusivo de Hollywood.