Mandíbulas 2
Reconozco que me gusta ver de cuando en cuando alguna de esas películas de las que nadie espera que sean obras maestras, pero que a las que se le supone cierta capacidad de entretener, recurriendo a grandes depredadores y otros muchos argumentos basados en la fantasía combinada con la acción.
Si bien, como ya he dicho, uno es consciente de que no va a disfrutar de un clásico, lo cierto es que sí que al menos se alberga la expectativa de poder pasar un buen rato, enfrentarse a un guión más o menos coherente, contemplar unos efectos especiales creíbles y, por qué no decirlo, quizás ver alguna desconocida y guapa actriz que comienza en el difícil mundo del celuloide.
Por desgracia, en Mandíbulas 2, no existe ni el más mínimo rastro de decencia cinematográfica, pues más que una continuación, parece un remake de la primera parte. Los personajes están calcados de su predecesora, sin la más mínima novedad ni modificación. Algo similar ocurre con el guión, pues el transcurso de los tempos se repite de una manera vergonzosa, sin aportar nada nuevo.
También merece mencionarse esa mezcla extraña entre película de acción y terror con un toque de comedia zafia e insustancial que tanto gusta en el otro lado del Atlántico, pero que me resulta abominable y grotesca.
Sin nada que paladear ni nada que disfrutar, tal y como terminó esta castaña, me encaminé malhumorado al chiringuito de la playa de abajo de casa, que vive, por desgracia para sus fieles, sus últimos días de la temporada.