Pequeño pero matón
Keenen Ivory Wayans saltó a la fama por el inesperado (y en mi opinión inexplicable) pero arrollador éxito de Scary Movie, que interpretó y dirigió en el año 2000. Desde entonces se ha puesto detrás y delante de la cámara para traernos algunos esperpentos similares, llenos de humor zafio, poco imaginativo, vulgar y ordinario. En esta ocasión parece que al menos la idea es algo más original, ya que Pequeño pero matón narra las peripecias de un experto ladrón de joyas que sale de la cárcel después de varios años, y que lo hace con la intención de retirarse de la delincuencia, aunque no sin antes dar un último y grandioso golpe, que consiste en apropiarse de un valioso diamante sito en una joyería. La cosa se complica y nuestro protagonista ve en la obligación de esconder la piedra en el bolso de una mujer que estaba en el establecimiento junto a su marido.Para recuperarlo no se le ocurre otra que aprovechar su peculiar físico (mide menos de un metro) y hacerse pasar por un bebé abandonado en la puerta de la residencia del matrimonio. Vanessa y Darryl lo acogen con entusiasmo y se entregan con enorme devoción a su labor de padres. Las múltiples andanzas y triquiñuelas del minúsculo delincuente para recuperar su preciado botín irán provocando situaciones disparatadas. Como ya dije antes, esta película se encuentra en la línea del humor americano habitual, un humor escatológico, falto de ingenio, chabacano y grosero, que poco o nada aporta a la comedia. Dentro de unos meses probablemente la veremos por televisión, y en poco tiempo más, esta birriosa y ridícula cinta sólo será un lejano recuerdo. Afortunadamente.