El laberinto del fauno
No todo el cine español tiene por qué ser igual y películas como esta lo demuestran. Para comenzar, es cine fantástico del bueno, con un sólido argumento y unos excelentes efectos especiales. Para continuar, la estructura del guión se desarrolla acorde a la historia y, por lo tanto, no tenemos la sensación de que nos faltan datos o, por el contario, que nos sobran. Tanto la fotografía, como el sonido están exquisítamente elaborados, nada ha quedado al azar y además, el trabajo de los actores desprende la misma calidad que la película, destacando la labor de Sergi López.Al igual que hizo en “El espinazo del diablo”, Guillermo del Toro nos transporta al cruel y oscuro mundo de la guerra civil española (en este caso, de la posguerra) para mostrarnos un desolador escenario, donde los poderosos abusarán de forma sistemática sobre los indivuos más débiles. En un marco tan deplorable, la magia será el vehículo de salvación hacia un fantástico mundo donde la verdad no sólo tiene un camino y está exenta de prejuicios.
Y precisamente, de prejuicios ha pecado el director ya que el resultado final hubiese sido mucho mejor si no hubiera insistido tanto en el tema del cruel falangista y nos hubiese deleitado más con Ofelia y su increíble mundo. Creo que este es el mayor error de la película ya que hará confundir al público, que en su mayoría, habrá sido manipulado por una campaña de promoción que se aleja bastante del producto final.
Dijo Guillermo del Toro, en la rueda de prensa que, realizó un día después de la presentación de su película en Madrid, que aún hoy en España existía una profunda división en dos y me hubiera gustado preguntarle si no considera que este tipo de argumentos avivan más aún la herida y, por lo tanto, la división.
Por último, avisar de la extrema violencia de algunas escenas, que me hicieron retirar la mirada de la pantalla, aunque reconozco que yo soy bastante sensible y prefiero no acostumbrarme a tolerar la tortura, aunque sea producto de unos increíbles efectos especiales (inusuales en producciones nacionales).