Wrong Turn 2
Películas como Frontera(s), Turistas, Wolf Creek, o esta que nos ocupa, Wrong Turn 2, son prácticamente idénticas, y lo que hace que una sea superior a otra pues… depende según los gustos de cada cual. Personalmente las veo muy similares pero si tuviera que escoger alguna de las citadas sería Wrong Turn porque es la menos previsible. En las otras, sabemos quién morirá y quién no. Sabemos que perecerán todos de forma horripilante menos la bella muchacha que, tras pasar un calvario de tajos en las tetas y la cara, acabará huyendo del caserón, ensangrentada, coja e histérica, pero salvando la vida.
Ahora que lo pienso, también sucede esto en Wrong Turn 2 pero la diferencia es que, cuando menos yo, no tenía ni idea de si iba a sobrevivir alguien o no. Ello se agradece. Cuando una película está tan loca como para seguir las enseñanzas de La matanza de Texas, lo mínimo que puede hacer es ser lo menos previsible que se pueda.
Se agradece que el director haya hecho el esfuerzo por omitir algunos topicazos que ya pican: sierra mecánica, cadenas colgando, gancho porcino para colgar al pobre adolescente negro o al gordito de rigor, máscaras, abuelos del clan sádicos, etc. En su lugar hay cepos para osos, cuerdas, alambres, muchos cuchillos, dinamita, aguas contaminadas y un show televisivo como telón de fondo. Algo es algo. Se procura remozar el género masacre. ¡Ah, y se incorpora un tío cachas, ex soldado, que recuerda un poco al Schwarzenegger de Comando o de Predator!
En definitiva, se trata de una cinta resultona, con muchísima sangre, buenos efectos especiales que, valientemente, huye de esa tendencia tan en boga de mover la cámara frenéticamente para que no se vea nada. Además, (y también lo aplaudo) se evitan los molestos planos oscurísimos en que no se ve si lo que le han cortado al púber de turno es una oreja o un testículo. ¡Por fin, amén de oír los gritos podemos visualizar quién y cómo mutila!
Por lo demás, todo muy salvaje, buenas dosis de sadismo, desvergüenza, humor, gore, acción, persecuciones forestales, furgonetas tétricas, hachazos… Todo hilvanado en un guión bastante creíble o, si más no, suficientemente verosímil.
Sin duda la recomendaría a quien desee pasar un rato de angustia, sin esperar encontrar una obra maestra.