13 tzameti
Cuando no se tiene nada que perder, esa podría haber sido la promo de esta magnífica película francesa. 13 Tzameti nos habla de los descensos a los infiernos, de búsquedas de tesoros, de miedo y de alimañas. Como un cuento perverso -aunque la mayoría lo son-, Babluani nos presenta a su propia Alicia viajando al otro lado del espejo y tomando el té con decenas de sombrereros locos.Si -como no era mi caso- el espectador acude sin haber visto ni el trailer saboreará mejor los primeros minutos del filme. Si llego a saber que era tan revelador, no lo cuelgo, hubiera colgado en su lugar a los artífices del mismo. Mis disculpas por ello.
Que nadie se espere, tras la entrada al universo enfermizo en el que se adentra sin quererlo el protagonista, grandes sorpresas de guión ni giros inesperados. Babluani en su complejidad, ha hecho una película sencilla y se lo toma con calma utilizando numerosos planos subjetivos. Un director español -que no mencionaré para no dar pistas- trató este mismo tema y debo decir, que le sacó más partido en mi opinión. Pero es evidente que la intención del francés no es la misma, el metraje nos angustia pero de forma absolutamente minimal.
En este caso, destacar la excelente fotografía no es una forma discreta de anotar que me he aburrido. El filme se narra en un exquisito blanco y negro que resta espectadores pero a mí personalmente me entusiasma. Así que un 10 para 13 Tzameti, que -apunto-: tzameti es 13 en georgiano, homenaje del realizador a su ciudad natal
PD frívola: En los Renoir, el sábado, a las 22 de la noche, viendo esta película dos butacas delante de mí… estaba Pedrooooooooooooo. Yo, que siempre quise ser una chica Almodóvar como Bibí, como Miguel Bosé, ir con Madonna en una limousine y desayunar en Tiffanny´s con EL estuve muy tentada de desearle suerte para los Goya, de decirle que no me gustó Hable con ella, de preguntarle su marca de laca… de lo que fuera para que se fijase en mí. Permanecí insolitamente en silencio aunque a la salida, dicen mis acompañantes que me miró, diossssssss ¿será verdad?