Una espléndida y cruda parodia del clásico superhéroe, cargada de acción, dolor, humor, sangre y secuencias ultraviolentas, en la que se respira auténtico espíritu de cómic y netamente superior a muchísimas de las adaptaciones que se hacen hoy día.

★★★★★ Excelente

Kick ass

Basada en el comic de Mark Millar y John Romita Jr, Kick-Ass nos presenta a un normalucho estudiante de instituto, Dave Lizewski (Aaron Johnson), el cual pasa desapercibido por todos execpto por los matone. Aficionado a los cómics, un día se le ocurre la descabellada idea de convertirse en un superhéroe, aunque carezca superpoderes, no haya seguido un duro entrenamiento y ni siquiera tenga motivos suficientes para ello. No obstante, su vida dará un giro radical cuando en una de sus primeras incursiones contra el crimen sufra un accidente que le deje al borde de la muerte y se tope con un par de chalados justiciero, una cría ágil y peligrosa de 11 años, Hit Girl (Chloë Moretz) y su padre, Big Daddy (Nicolas Cage), y una sus fuerzas con otro joven luchador contra el crimen, Red Mist (Christopher Mintz-Plasse).

Un argumento descabellado pero no carente de cierto realismo es el de Kick-Ass, una ultraviolenta sátira de los clásicos superhérores o más concretamente de aquellos que carecen de superpoderes, especialmente Batman, con el que guarda no pocos paralelismos pero dando una vuelta de tuerca más, llegando prácticamente hasta el nervio. La mayor baza del film es que no se anda con rodeos y nos plantea una realidad cargada de violencia y sordidez sin caer en las tópicas suavizaciones que suelen ser el lastre de la mayor parte de las producciones de hoy día.

Kick-Ass,
a pesar de sus planteamientos iniciales, no es una película que deba tomarse a la ligera, sino al contrario, es una película dura cargada de humor negro, sangre, dolor y violencia a raudales. Lo más destacable de todo es su falta de moral lo que conlleva la total ausencia de cualquier tipo de dilema. Al estar protagonizada prácticamente por críos haría pensar que nos encontramos ante una película para chavales. Afortunadamente no es así.

Sin embargo, no nos confundamos, pues la presente película es, ante todo, una comedia de acción. El director, Matthew Vaughn, consigue dotar al conjunto de momentos de enorme carga dramática sin dejar a un lado ese tono desternillante que embebe todo el metraje. Y eso es otro de los puntos que hacen digna de admiración a esta sobresaliente Kick-Ass.

Entre la plantilla de actores hay que destacar a Nicolas Cage, que vuelve a hacer otro muy buen trabajo aportando ese carisma perdido en algunas de sus últimas películas. Esta vez, afortunadamente, ha sabido elegir bien y vuelve a estar a la altura de su interpretación en Leaving Las Vegas o en El Señor de la Guerra. Un factor muy a tener en cuenta es que, gracias a la impecable labor del equipo es que consiguen plasmar perfetamente las líneas del guión en lo referente a su patetismo y a su condición de seres vivos normales que sangran y se despeinan. Son personajes reales con los que muchos podrían llegar a sentirse identifiacos, tanto con ellos como con sus virtudes y miserias.

En definitiva, una espléndida y cruda parodia del clásico superhéroe, cargada de acción, dolor, humor, sangre y secuencias ultraviolentas, en la que se respira auténtico espíritu de cómic y netamente superior a muchísimas de las adaptaciones que se llevan fabricando desde que la no menos espléndida X-Men desatara la fiebre comiquera a los productores ávidos de dinero. No obstante, a pesar del éxito obtenido al otro lado del charco, Kick-Ass emana un aroma independiente que aumenta su valor muy por encima del que ya tiene.

Obra maestra. Un 10.

Y la secuela, en marcha…
Lo mejor: Su violencia, su humor, su ritmo frenético. En definitiva, todo.
publicado por Pablo Rodríguez el 12 junio, 2010

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