Un tipo serio
Por lo que he podido ver, todas las críticas a la película Un tipo serio, de los hermanos Coen, la ponen por todo lo alto: que si es el universo de los hermanos Coen en estado puro, que si es muy interesante… Pero también es verdad que en Filmaffinity, los lectores le dan un 6,1 de media, vamos, que no llega al notable.
Entonces parece que estoy más del lado del público. Reconozco que hasta que vi No es país para viejos, los hermanos Coen no habían dejado de decepcionarme película tras película. Su extraño humor no casa conmigo y siempre me dejaban a medias. Llegó No es país para viejos y me reconcilié con su cine. Seguí con Quemar después de leer y la luna de miel parecía continuar. Pero con Un tipo serio hemos vuelto a las andadas, a las discusiones continuas: me gusta, no me gusta; me río, no lo pillo. Así toda la película. Pero siempre me quedaba el consuelo de ir pensando: el final seguro que merece la pena. Pues no.
Tenemos una historia que tiende hacia el drama religioso, pero desde la peculiar perspectiva de los Coen. Vamos, que nada va a ser lo que nos podamos esperar. El protagonista es un tipo de esos que no pasan por la vida, sino que la vida pasa por ellos. Las desgracias y las dificultades se le van acumulando y no parece tener fin esta situación. Su familia tampoco ayuda. La religion, judía en este caso, tampoco le sirve de consuelo. Pero insistirá en aferrarse a ella para intentar encontrar una solución a su matrimonio y buscar una pizca de esperanza en la vida.
Buenas interpretaciones, sin duda, y buenos personajes. Algunas intersantes reflexiones e incluso momentos graciosos. Pero lo excéntrico de la película en general me dejó, como me suele pasar con los Coen, a medias: ni me gusta, ni me disgusta. Y eso es mala señal.