George Reeves fue el primer hombre en encarnar al superhéroe murió en extrañas circunstancias. Súmele después el grave accidente de Christopher Reeve de los cuales solo los separa una “S” y los une la desgracia. Destacado cine negro.
Hollywoodland
George Reeves fue el primer actor que encarnó a Superman para la televisión en los años cincuentas con gran éxito, todo un suceso pero no mucho par él ya que tuvo que aceptar el rol a regañadientes y posteriormente quería seguir una exitosa carrera actoral pero fue tal su identificación con el hombre de acero que carecia de credibilidad ya que nunca pudo sacarse esa capa virtual. El murió en extrañas circunstancias al igual que el accidente de sus colega varios años después Christopher Reeve que el apellido solo los separa una “S” junto la de Superman. En esa incógnita es la que se adentra este destacado policial negro, bastante poco popular a pesar de tratar de tratar de desenmarañar uno de los secretos mejor guardados de Hollywood. Ambientada en los Angeles en los años cincuenta, algo muy parecido a “L.A. Confidencial” de Curtis Hanson, sobre todo en la ambientación al menos y tema de Star System norteamericano, es donde se adentra este destacado film norteamericano que a la usanza de la vieja escuela de cine negro y mujeres fatales desarrolla con un sorprendente registro de Ben Affleck que hace un gran quiebre en su carrera con una gran interpretación. En la ciudad de Los Ángeles, en los cincuentas, Louis Simo (Adrien Brody) un detective investiga la muerte en Hollywood de George Reeves, es el actor de la conocida serie de televisión lo cual se suponia que iba edificar sus carrera que ya había partido con “Lo que el viento se llevo”. El detective es contratado por la madre de Reeves para que investigue la supuesta verdad en torno a la muerte de su exitoso hijo ya que ella no cree que se haya suicidado como lo indica el parte policial. Entonces Simo se mete virtualmente en un difícil dilema de ir uniendo piezas que sirvan para verificar dichas hipótesis investigativas que se ponen cada vez más peligrosas. Dicho camino lo lleva a Toni Mannix (Diane Lane), la mujer mayor que creó Reeves con la supuesta vida adecuada pero también a Eddie Mannix (Bob Hoskins), un Gangster de Nueva Jersey en la actualidad haciendo ofertas que nadie puede negar que es el director general de MGM. Los detalles de la época y las interpretaciones son magníficas, y los personajes principales son incluso más complejos. Solo peca de su irregular ritmo y algunas vacilaciones que a lo mejor se deben a la excesiva experiencia televisiva de su director creador Allen Coulter (Los Soprano, Sex and the City, Six Feet Under, Roma), quién hace su debut de gran forma siempre con el misterio y la incertidumbre en todo momento. A pesar de ello los flash back con Ben Affleck son sin duda el mejor enganche y lo mas destacado es Adrien Broody(El Pianista) que vuelve a demostrar su versatilidad. El auge y decadencia de una estrella que cayó en esta supuesta y tan comentada maldición que persigue a los actores que dieron vida al hombre de acero no defrauda para nada.