Piratas del Caribe 2
Siempre he pensado que es perfectamente posible unir lo comercial con lo artístico. Debemos deshacernos de esos tópicos que nos incitan a pensar que una película de acción y aventuras, llena de escenas vibrantes, no puede ser cinematográficamente loable. Del mismo modo, las obras maestras tampoco tienen que responder al estereotipo de película larga y aburrida, de argumento enrevesado y de difícil comprensión para la mayoría. No quiero decir con esto que esta segunda entrega de Piratas del Caribe sea una obra maestra, ni mucho menos, pero sí que es una producción bastante aceptable, que en absoluto desmerece a su predecesora y que la mejora en algunos aspectos (el aumento de presupuesto se nota).En esta ocasión Jack Sparrow se enfrenta a una especie de pirata demoníaco con el que tiene contraída una deuda que deberá pagar con la esclavitud eterna de su alma, a no ser que encuentre la manera de salir del atolladero. La única forma de librarse de tan impío castigo será recuperar “el cofre del hombre muerto”, y para ello no dudará en reunir de nuevo a todos sus antiguos compañeros. Por el camino se dará cuenta de que los tiempos cambian y de que quizás los excéntricos bucaneros como él no sean más que personajes anacrónicos y en vías de extinción. Johnny Depp y Keira Knightley realizan un trabajo magnífico, mientras que Orlando Bloom, una vez más, muestra un hieratismo y una inexpresividad al alcance de muy pocos.
Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto, es una buena película, con moderadas dosis de humor; es entretenida y espectacular, lo que minimiza el efecto de ciertas carencias argumentales. Sus dos horas y media de metraje no se hacen pesadas en absoluto. El ínclito capitán Sparrow navega de nuevo, para deleite de sus admiradores. Admiradores entre los que yo mismo, debo confesar, me encuentro.