Juno
Con esta pequeña película de título tan exiguo como sus pretensiones, y casi tan mínimo como sus logros, he vuelto a ser engañado por el marketing y por un cierto espectro crítico muy favorable a ella. Aunque, tratándose de la semilla de una diabólica ex-stripper y ex-blogger con ínfulas de escritora recauchutada y bastante hortera, no me extraña nada que mi opinión sobre el producto sea totalmente opuesta. Es otro ejemplo claro de cómo algo minúsculo va agigantándose por efecto del boca a boca, aunque… salvemos las distancias con otras más ilustres.La carta de presentación de JUNO es perfecta: adolescente norteamericana bastante más inteligente, sarcástica e ingeniosa que la media, con un punto de precocid

Porque, honestamente, no es tan rebelde ni

Su JUNO -auténtico éxito de taquilla y aclamada por muchos críticos- se centra en la peripecia maternal de una joven espabilada que afronta este hecho inesperado con insólita tranquilidad no exenta de gran valentía. Sobre todo, teniendo en cuenta que el padre es un insulso e introvertido joven en pleno proceso hormonal, más preocupado por superar su tiempo en las carreras de atletismo. En fin, que asistimos al periplo prenatal de la avispada joven a través de su relación con los futuros padres adoptivos de su hijo, mediante el contraste entre la franca naturalidad de aquélla -cuyo entorno familiar es bastante tolerante con la situación insólita- y la pluscuamperfección de éstos. Y se organiza el relato en cuatro bloques -correspondientes a las cuatro estaciones- con numerosas y agradables canciones que se ganan al respetable. Es una propuesta que encierra el clásico apego por los lazos familiares y la plenitud que otorga la maternidad, aunque sea mediante la burocracia adoptiva. Eso sí, esta vez la protagonista no tiene pelos en la lengua y disfraza el posib

Más allá de todo esto, no he visto nada especialmente brillante, ni en el guión ni en la puesta en escena, simple aunque efectiva. Bajo una capa de calculada ligereza y con gotas de tragicomedia desnatada, el cóctel es, como se ha comprobado, no sólo eficaz sino premiable -la inefable autora, de ilustrativo nombre de guerra Diablo Cody, recibió hace unos días el oscar al mejor guión original embutida en hirientes ropajes, tan excéntricos como el premio que recibía-. Algo está ocurriendo en la industria cuando se ensalzan minucias como JUNO aduciendo razones centradas en la modestia de los planteamientos, las buenas intenciones o la carga de humanidad de su

Hijo de uno de los más rentables fabricantes de comedias del mainstream, Jason Reitman dirige con oficio y funcionalidad este producto afable exento de malicia, excesos o salidas de tono. Todo surte su efecto, aunque no hay una carga ideológica debajo que sustente este retrato cálido pero descafeinado, no existe el espíritu ácido que se le presupone. Al menos yo no pude descubrirlo en ninguno de los

Aún reconociendo la excelente creación de la emergente Ellen Page -que brilló en la inquietante HARD CANDY- y del correcto Michael Cera, no fui capaz de identificarme plenamente con sus inquietudes, con sus dudas, con su marginal relación y con la supuesta madurez que un embarazo inesperado puede aportar. Quizá no he sabido captar los matices e intenciones de una obra con vocación televisiva. Pero creo que una cucharada más de mala uva y un desarrollo más definido de los temas que aborda habrían enriquecido el resultado. Otra vez será, Diablo.

Lo mejor: La banda sonora, por decir algo.
Lo peor: Que se la considera muchísimo más de lo que acaba siendo.