Patinazo a la gloria
Sí, reconozco que me gustó ‘Talladega Nights’ (brillantemente traducida aquí como ‘Pasado de vueltas’). No será un clásico de la comedia, pero tenía los suficientes gags divertidos, unos excelentes secundarios rayando el surrealismo (Gary Cole, John C. Reilly, Sacha Baron-Cohen) y una aceptable recreación del paleto mundillo del NASCAR americano. No es una de esas películas inolvidables, pero más que suficiente para pasar una calurosa tarde de verano.Con esas expectativas partía al ver ‘Blades of Glory’ (‘Patinazo a la gloria’ en África del Norte), el último producto de la factoría Ferrell. Y una vez más no salí defraudado de la experiencia: ‘Patinazo a la gloria’ es una muy efectiva comedia de trazo grueso, con momentos de verdadera vergüenza ajena (fíjense en el atuendo de pavo real de John Heder, por amor de Dios) y delirantes diálogos (algunos incluso improvisados) a cargo del dueño de la función, Will Ferrell.
La historia, por enésima vez, responde al cliché del genuinamente americano género de superación, subgénero deportivo (bautizado acertadamente como “hero-to zero-to hero”): ídolos de masas caídos en desgracia que deben aprender a trabajar en equipo para volver a lo más alto. Las variaciones, dos: el deporte elegido esta vez es el patinaje sobre hielo (que ya había sido llevado a la pantalla en la cutronga ‘Pasión por el triunfo’) y el número de héroes, dos a falta de uno: el angelical huerfanito Jimmy MacElroy (absurdo y divertido John Heder) y el rebelde adicto al sexo Chazz Michael Michaels (imparable y delirante Will Ferrell). Ambos, campeones mundiales de patinaje venidos a menos, volverán a luchar por el oro en la competición por parejas, donde les esperan sus archirrivales, los hermanos Stranz y Fairchild Van Waldenberg (genialmente ridículos Will ‘Arrested Development’ Arnett y Amy ‘SNL’ Poehler), para impedir su triunfo por los medios habituales en este bello deporte.
La verdad es que la película no resiste un análisis dramático ni estilístico serio. Pero la verdad es que importa poco, en este caso. En las alucinógenas coreografías sobre hielo de los protagonistas, con sus impagables pintas y sus macarrónicas canciones elegidas (‘Don´t wanna miss a thing’ de Aerosmith, ‘Flash’ de Queen, o ¡Marky Mark & The Funky Bunch!), los horterísimas comentarios de los cronistas deportivos, incluso los efectos por ordenador, todo raya a gran altura durante las competiciones, lástima que no haya más. Además cuenta con otros momentos realmente grandes, como la surrealista persecución sobre patines de hielo o la presentación de la técnica del “Loto de Hierro”. Tremendo.
Resumiendo, ‘Blades of Glory’ no ofrece nada más ni nada menos que diversión a costa de uno de esos deportes horteras en sí mismos y a cargo de el número uno de la comedia americana del momento. No busques más motivos para verla si te apetece ni excusas para aborrecerla si no te gusta (sabías a lo que venías).
Lo mejor: Las coreografías y los atuendos de los patinadores, siempre al filo del ridículo. Y el Loto de Hierro, por supuesto.
Lo peor: El esquema ya no da mucho más de sí...