Operación Stormbreaker
De nuevo tiro de libreta y antes de opinar sobre la cinta que nos trae, me gustaría hacer un pequeño recordatorio de una película estrenada en el año 1991 y dirigida por Willian Dear, bajo el título de “Agente Juvenil” era una comedia para el absoluto lucimiento de una estrella en alza (Richard Grieco ¿Quién sabe donde andará ahora?), y que en cierta manera me recuerda un poco a la película de la que voy a hablar ahora.He estado una larga temporada leyendo por la red cosas sobre esta película, la primera que se iba a realizar sobre el personaje creado por Anthony Horowitz (será la primera y la última, puesto que la cinta ha sido un fracaso en taquilla), un especie de J.K.Rowling de la literatura juvenil (esta vez ambientada en la acción y no en la magia de Potter), y donde, tras una inusual apertura de créditos, que relaciona en cierta manera a Alex Rider con una suerte de James Bond juvenil; imposible por otra parte no compararlos, nos lanza a un argumento simple donde Ewan Mcgregor hace un pequeño (pero intenso) papel, y Alicia Silverstone vuelve por sus fueros; esta chica desde que fue “Fatgirl” (digo) “Batgirl” nunca más se volvió a saber de ella en el cine, también aparece Billy Nighy (aqui sin maquillaje) y Andy “Gollum” Serkis, este lleva el maquillaje que no lleva el otro…
Curiosa su duración, y es que, si la cinta durase más de la hora y media de rigor, los peques (no olvidemos que no puede ir destinada a otro sector de la población), acabarían odiando la película, y es que algunas escenas de acción resultan tan sumamente bobas e infantiles que uno no puede más que reirse con asombro de este despropósito, y entiendo que cuando uno ve una cinta de estas características ha de dejarse el cerebro en casa, pero algunas cosas rallan el absurdo.
Cuando me he estado documentando decían en algunos sitios webs, que había que rascar algo más la superficie de la cinta para ver más allá de la premisa original, siento contradecir esto, si rascamos más, no vemos nada (triste, pero real).
Lo mejor de la cinta sin lugar a dudas son sus preciosos exteriores londinenses, y es que, desde que estuve en Septiembre, me he enamorado de Londres y de todo lo que su ciudad representa.
Lo mejor: Londres, sus vistas en la película
Lo peor: Tan infantil, sosa y predecible...