El color del crimen
Empieza bien este largometraje. A priori concilia una trama de misterio –un secuestro infantil- y el drama del racismo en los ghettos de los grandes entramados urbanos de Estados Unidos.Si a lo anterior unimos la participación de dos casi siempre solventes Samuel L. Jackson y Julianne Moore como cabezas de reparto, el cóctel parece interesante. ¿Qué ocurre para que se desvirtúe la esencia de esta copia barata de serie de televisión sobre investigaciones criminales con trasfondo social?
El director de La pareja del año y Una navidad de locos quería dar el salto al thriller y para ello se centró en una novela de Richard Price, que a su vez adaptó al formato de guión. Un desagradable incidente une los caminos de una mujer con sentimiento de culpa y comportamientos irracionales y un agente de policía que lucha por controlar la seguridad de un barrio de reclusión separado de las “zonas blancas” de la ciudad.
Conforme avanza la historia, ésta empieza a desprender cierto tufillo a C.S.I (en cualquiera de sus variantes: Nueva York, Las Vegas, Miami), guardando además un parecido razonable con Crash y Grand Canyon, el alma de la ciudad, por sus connotaciones raciales, pero con crimen de por medio, algo que enraíza más si cabe el sentimiento de discriminación basada en la culpa de los actos. Y la historia sigue su curso, saltando de trama en trama y anticipando el final, pero no acaba cuando debe hacerlo.
El director se recrea en la atmósfera opresiva donde tienen lugar las incoherentes acciones de los protagonistas, idas y venidas que llaman la atención a todos pero son sobre todo insufribles para aquel que ya se imagina el desenlace. Cuando parece que el argumento se endereza y vemos la luz al final del túnel, los diálogos empiezan a alargarse sin necesidad y, no es broma, surge una bonita y tierna historia de amor. La pregunta que nos hacemos es… ¿de dónde?
Aún falta por analizar la moraleja de este torpe, largo y tedioso telefilme. La dejaremos en suspenso por si aún le quedan ganas de ver un insulso título heredero de las tramas policiales propias de productos televisivos, aunque carente de su ritmo y gancho.