15 días contigo
“No hay persona más desgraciada que la que no sabe ver lo que tiene” reflexiona Isabelita (Isabel Ampudia), una mujer de mediana edad que sale de la cárcel y se encuentra en la difícil situación de tener que buscarse la vida como puede. A través del personaje de Isabelita, el director de 15 días contigo reflexiona sobre la vida acomodada que disfruta la mayoría de la sociedad y lo poco que valoramos lo que tenemos.El cineasta Jesús Ponce debuta en la gran pantalla con la dirección y el guión de una película que surgió de un reportaje fotográfico que el director realizó en 1992 a gente que vivía en la calle. La idea se desarrolló hasta llegar al guión actual, donde Isabel y Rufo encarnan “a esos mendigos que vemos todos los días en la calle”.
La película nos enseña a relativizar los problemas, ya que por muy difícil sea nuestra situación siempre habrá alguien que se encuentra en unas circunstancias peores. Pero el tema fundamental de 15 días contigo es la reinserción de los presos: esas personas invisibles para la sociedad. La historia muestra cómo se desprecia a las personas que no han tenido la suerte o la oportunidad de integrarse en la sociedad y que se convierten en marginados. Desgraciadamente, existen tres comportamientos habituales frente a este tipo de personas: la indiferencia, el miedo (a lo desconocido) o el desprecio y maltrato.
Es hora de que dejemos las hipocresías a un lado porque: ¿Quién no se ha cambiado de acera en la calle alguna vez al ver a una persona con aspecto de drogadicta? Esta película nos ayuda a dejar a un lado los prejuicios y acercarnos a aquellas personas que por motivos varios viven al margen de la sociedad, los outsiders. La historia nos descubre que ellos son personas como las demás, con sentimientos y sueños, no son tan distintas a nosotros, a la gente “normal”. Como todos, sufren de soledad, tienen ilusiones, sueños (más modestos –sueñan con salir a cenar-)
La película muestra la contradicción que impera en el mercado laboral fundamentada en la idea de cómo hasta para pedir trabajo hace falta dinero. Isabelita, tras intentar encontrar un trabajo sin éxito, decide permanecer al margen del sistema: vive en la calle y se las arregla como puede para sobrevivir: limpia los cristales de los escaparates a cambio de la voluntad. Una voluntad que no acostumbra a ser muy generosa en cuestión de dinero… Pero Isabelita no está sola sino que tiene un compañero con el que comparte su vida. Rufo (Sebastián Haro) es drogadicto y gana algún dinero para sobrevivir ayudando a aparcar coches. La vida de esa peculiar pareja también tiene momentos cómicos pero de esos que dejan un regustillo amargo en el paladar del espectador.
Es la tierna y a la vez dura historia de quince días con una pareja de amigos, Isabelita y Rufus. La historia de sus vivencias cotidianas, problemas y alegrías. “Lo malo de salir de la cárcel es ver cómo todo cambia y te quedas atrás. Y cuando te quedas atrás es para siempre”, reflexiona Isabelita. Pero al final de la historia siempre queda un hueco para la esperanza, para que la amargura se suavice y algunos sueños se hagan realidad… ¿Conseguirán Isabelita y Rufus rehacer su vida?