Vida y color
El título de la ópera prima de Santiago Tabernero (director del popular programa Versión Española y coguionista del bodrio titulado Asfalto) hace referencia a una colección de cromos de los años 70 sobre animales, lugares exóticos, anatomía, etc… Ese recurso narrativo trata de enlazar directamente con Fede (Junio Valverde), joven protagonista que vivirá en la España del 75 la aparición de la tele en color, la muerte de Franco y las consecuencias de un terrible suceso en su barrio.Este film se estrena el día 5 y pretende ser (oh sorpresa) una nueva película retrospectiva sobre una etapa histórica nunca tratada por nuestro cine. Lo más novedoso es que se relata a través de los ojos de un preadolescente.
El director pretende combinar varias historias sin demasiado acierto. Todas son interesantes: mientras en una se divierte haciendo propaganda ideológica descarada en la otra se reserva los mejores cartuchos para acometer momentos muy incómodos y desagradables, eso si, a costa de una historia enfermiza pero de ambientación poco conseguida y artificiosa.
El mejor punto del film es sin duda los actores, empezando por el debutante protagonista, Junio Valverde. Carmen Machi nos sorprende gratamente con un papel dramático; Nadia de Santiago, la niña de Javier ya no vive solo, apunta maneras; Silvia Abascal, que está muy creíble, está acompañada de su hermana en la vida real, Natalia Abascal (en la foto inferior entre el director y su hermana), como hija de un desiquilibrado Andrés Lima.
A nivel técnico el director se ha cubierto bien las espaldas y encarga la fotografía al mítico José Luis Alcaine y el montaje al excelente José Salcedo.
Un decepcionante debut que intenta recrear una historia grandiosa y se queda en un mero puzzle de situaciones sueltas, sin importancia alguna para el espectador y con un final cuanto menos insultante. Se deja ver, pero no es desde luego recomendable. Bueno, excepto para aquellos que se emocionen al ver personajes envueltos en banderas republicanas.
No me gusta ser destructivo en las críticas, pero la película habla por si sola.
Lo mejor: Los actores. Y la secuencia del personaje envuelto en la bandera republicana: delirante.
Lo peor: El poco original espíritu de Cuéntame cómo pasó pero a lo bestia.