ZOMBIELAND: MATA Y REMATA
Hay una linea muy fina entre las películas que, como diría mi padre son de cine o las que denomina para ver en casa. Esta linea cada vez más se acerca al 90%. Es decir que 90 películas de 100 te generan la misma satisfacción viéndolas en el sofá de casa que yendo a una sala de cine.
Esta cifra se genera por muchos condicionantes. Uno básicamente es el precio. Ya cansa tener que pagar disparates para verla en el cine si por nada puedes verla en tu casa.
Otro es la poca afición que hay al cine. La gente llena las salas cuando el precio es 2,90 pero pasa de ir un día normal. No hay una afición muy grande por el Séptimo Arte.
Siempre quedará gente como yo que disfruta del momento taquilla en el que sabes que ninguna de las que te las vende sabe más que tú, el olor a palomitas recién hechas, el momento en el que te dejan pasar comprobando tu entrada y la perspectiva desde lo alto de sala con una gran pantalla.
¿Zombieland es una película de cine? Pues yo diría que no. Ha seguido bastante bien el éxito de su primera parte, incluso ha evolucionado con el personaje de Tallahassee ( Harrelson) que esta sublime, pero no consigue experimentar nada nuevo que nos aliciente a destacarla del resto de comedias de acción o incluso de su predecesora.
Por momentos graciosa, por momentos disparatada y por momentos ridícula, Mata y Remata es cine de palomitas en el sofá de casa.
Divertida y desenfadada, con un Harrelson que eleva la media, pero con unos personajes que parecen agotados y sin ninguna evolución a mejor. Creo que ha llegado el fin de Zombieland. Me quedo con el recuerdo de la satisfacción que me produjo su primera parte y las escenas dónde el gran Woody llena la pantalla.