Ya conocemos Jim Caviezel por interpretar a Cristo en la cinta de Mel Gibson, ese soldado que brindaba consuelo en “La Delgada Linea Roja”, o como “El Conde de Montecristo”, entre otros personajes sufridos e incomprendidos. Acá en “Sonidos de Libertad”, encarna a un agente de seguridad nacional Tim Ballard que rescata a un niño de las garras de un traficante depredador en la frontera de Estados Unidos, promete localizar a la hermana del niño desaparecida y emprende una peligrosa búsqueda que lo lleva a las profundidades del territorio guerrillero en el territorio colombiano.
La cinta del director mexicano Alejandro Monteverde, esta inspirada en hechos que vivió Ballard, exagente del Departamento de Seguridad de los Estados Unidos y que sea de paso lleva más de 100 millones de dólares siendo la cinta independiente que más ha recaudado post pandemia.
En los antecedentes del personaje real, en la cual se basa el film, dice que ha rescatado cientos de víctimas y ayudado a detener a más de 700 traficantes de menores en distintas parte del orbe y es miembro del Consejo Asesor de Asociaciones Público-Privadas de la Casa Blanca para poner fin a la trata de personas.
La anécdota cuenta que Jim Caviezel no era del gusto del director del film pero debido a la insistencia del agente Ballard que le pidió que se reuniera y hablara con Caviezel se dieron cuenta que esta temática estaba muy pegada a su corazón porque él adoptó antes tres niños de China y el actor realizo los cambios necesarios para encarnarlo.
Nadie puede discutir la tremenda temática del film que es un thriller de suspenso, muy convencional, sobre un hombre dispuesto a hacer cualquier cosa para reunir a una familia. Caviezel aporta convicción e intensidad, con ojos azules transmite tanto dolor que se enfrenta como una determinación inquebrantable de completar su misión, sea cual sea el problema. Sin duda, con el material se podría haber logrado un film que sostuviera por más tiempo mayores grados de suspenso. El grupo de niños actores de muy buen nivel.
El momento más dramático de la película es su epílogo, que incluye imágenes granuladas en blanco y negro de la verdadera su impacto se ve deslavado creo yo en los créditos finales donde Caviezel como actor se dirige a la cámara y reclama la mejor manera de acabar con la esclavitud infantil es más entradas Sound Of Freedom, una inusual táctica de marketing que se entiende si el dinero fuese a las fundaciones y profesionales que luchan a diario con esto. En definitiva un film solo correcto donde hay que destacar su alma y buenas intenciones