Joker
Si Heath Ledger levantara la cabeza se quitaría el sombrero. No vamos a hablar de comparaciones porque entiendo que elegir a uno es como preguntar a alguien a quien quiere más si a su padre o a su madre. Matices, quizás contextos diferentes, igual distintos géneros por así decirlo pero una cosa en común, interpretaciones descomunales.
Joker de Phoenix no sólo nos confirma los inmensos registros que, para algunos desconocidos pero para otros no, tiene en su haber sino que deja claro que cualquier otro actor que sea candidato al Oscar lo hará siempre para pelear por ser segundo. Joker 2019 no solo va a reafirmar el talento de Phoenix , sino que también nos va a demostrar que se puede renacer, se puede pasar del anonimato casi absoluto (alguna película decente) al éxito rotundo siempre que el talento este ahí (eso o haber comprado el billete de lotería premiado), caso este del Director Tood Phillips.
Joker es una película perturbadora, incomoda, visceral, violenta, no solo por lo que acontece sino por lo que se dice y más aún por lo que no se dice. Es una película inteligente, cuidada al milímetro, llevada a cabo con pasos de gigante pero de forma precisa como una operación a corazón abierto con solo un fino bisturí, que se sufre y se disfruta al mismo tiempo, que te hace reír pero también agonizar, se introduce en tu mente como el eco de una piedra que cae al agua en una cueva oscura y te despierta con un claro de luz con una sonrisa enfermiza y provocadora. Demencial y encantadora al mismo nivel, oscura, provocativa… magnifica.
Nada de Joker es trabajado tirando una moneda al aire, nada está pensado con libre albedrío, todo está ensamblado como la cadena de producción de un producto sin fisuras ni defectos, cuyos diálogos son de muchos quilates, la banda sonora elegida para cada escena como la novia que entiende que solo va a casarse una sola vez y busca su vestido sabiendo que sólo puede haber uno el mundo que le haga traspasar las puertas del matrimonio.
El vestuario, los secundarios, la historia desgarradora con sus pequeños tintes políticos y sociales y un largo etc de detalles que solo podremos apreciar seguramente después de hacer un obligado segundo visionado de esta cinta.
Suena la armonía de una balada triste que empieza de manera esperanzadora cuando dentro de la mediocridad se busca un sitio dónde no destacar, dónde la melodía siga latiendo pese a la adversidad y dónde la notas discordantes que van sonando se prefieren no escuchar, se prefieren dejar caer en saco roto porque se sabe que nunca se podrá cambiar de canción.
Una y otra vez sigue sonando la misma triste melodía, una y otra vez suena esa nota distinta, esa nota doliente que te aleja de la paz interior que te produce melancolía, soledad y que te empuja al abismo del que sabes que no tienes escapatoria.
No para de sonar esa canción que un día hizo que pisaras la lona del ring, pero ya no suena como una elegía, hay algo en ella que te cautiva, que te inmuniza al dolor, que te hace no distinguir entre el bien y el mal, que te empuja a infringir el mismo dolor que un día te hizo tocar fondo y resurgir de tus propias cenizas.
Joker es como una canción hiriente que te atrapa, te hace sufrir, te impacta, te hace empatizar con las consecuencias de los actos que la sociedad provoca en el protagonista, la injusticia social que lleva a alguien sometido a la desgracia de la demencia a transformar eso mismo en ira. Porque uno no nace así, hay factores aunque sean mínimos pueden transformarte en la sombra de lo que quieres ser, un onírica figura que nunca llegará a ser como soñaste.
El camino de Fénix por este baile de desgracia, ese camino de baldosas con piedras en el camino, ese sueño inalcanzable pero no invisible, ese puñal clavado en el corazón, y su renacer como el ave fénix es un ejercicio sobresaliente, un ejercicio de bella factura, una melodía triste pero una melodía necesaria.
Por sus diálogos de tremenda inteligencia e impacto, por su historia hiriente, dura pero llevada a cabo con maestría, por una banda sonora de referencia y por un Fenix de Oscar no puedo dar otra nota que no sea sobresaliente. No puedo poner un 10 porque sería admitir que no hay nada que pueda sorprederme así que dejare esa ventana abierta. 9/10