El Hombre del Norte
Las dos películas anteriores de este joven realizador son la “La Bruja”, que es muy bestial y escalofriante, posteriormente, estrena “El Faro” con un delirio expresionista rodado en blanco y negro con Robert Pattinson y el excelente Willem Dafoe, en ambos casos son antecedentes más que suficientes para que el realizador concretara un salto hacia la producción de alto presupuestos con “El Hombre del Norte”, encabezados por Anya Taylor-Joy, Alexander Skarsgard y Nicole Kidman, que nos llevan a un gélido paisaje con una historia cargada de venganza y destino.
La historia comienza a principios del siglo X, donde el príncipe Amleth (Oscar Novak), de 10 años, está destinado a suceder a su padre, el rey Aurvandil (Ethan Hawke). Pero el problemático hermano de Aurvandil, Fjolnir (Claes Bang), causa estragos asesinos en ese plan y se lleva a la madre de Amleth, Gudrun(Nicole Kidman). El joven Amleth escapa de la violencia, jura venganza y, después de convertirse en la forma fornida, se dispone a conseguirla haciéndose pasar por esclavo y escapando de su destino por un largo tramo de vida.
Sin duda, este ha sido uno de los films más esperados del año, pero no le ha ido bien en la taquilla universal debido a sus propuesta espesa, con una trama compleja llena de desafíos espirituales y que avanza a ritmo del director y no de convencionalismos baratos como los visto en Conan el Bárbaro que es su símil vikingo.
“The Northman” de Robert Eggers, es una saga vikinga visualmente resplandeciente que envuelve la venganza, los ideales del deber familiar. La barbaridad expuesta esta muy cercana al gore por momentos, sin dejar de lado una calidad artística en una gran escala con poética sobre la venganza e historia vikinga ancestral
El paisaje es muy importante en la película, marcando las imágenes físicas y duras , creando una atmósfera evocadora hacia tiempos pretéritos donde se condicionan las actitudes o comportamientos de los protagonistas, convirtiéndose en uno de los puntos más altos del film y donde resalta el trabajo de sus técnicos de fotografía y arte.
Eggers coescribió la película con el poeta y novelista islandés Sjón, con miras a capturar la antigua cultura nórdica como un rico depósito de arte, poesía y creencias espirituales. Otras contribuciones a la historia incluyen pruebas de hombría muy variadas. Los vikingos eran gente compleja, llena de rituales y con una facilidad para quitar la vida como se ve en pantalla.
En definitiva no es el cine épico que acostumbramos ver como por ejemplo en “Corazón valiente” o “Troya”, con héroes con más carisma y simples, y acciones viscerales y grandes batallas orquestadas por efectos visuales. Acá la espiritualidad, los ritos y los personajes demoran su tiempo en salir adelante con sus decisiones más duras que conllevan quitar la vida de la forma más cruenta.