Cuando uno ya no espera sorpresas en el trillado mundo de los psychokillers, llega ‘Captivity’, capaz de hacerte reir con sus chapuceras ocurrencias.

★★☆☆☆ Mediocre

Captivity

Jennifer, una joven modelo, y Gary, un joven chófer, son capturados y encerrados en un zulo por un misterioso psicópata que se dedicará a explotar sus más profundos miedos y a adelantarse a todos sus movimientos. ¿Podrán Jennifer y Gary escapar de las garras de su cruel captor?

Hasta ahí, la sinopsis de ‘Captivity’, la última película de Roland Joffé, sí, ése, el de ‘La Misión’ y ‘Los gritos del silencio’. El guión lo firma Larry Cohen, el legendario creador de ‘Los invasores’, ‘Estoy vivo’, ‘Maniac Cop’, ‘La serpiente voladora’ o más recientemente ‘Última llamada’. Podíamos esperar una buena película, ¿no?

Pues no. ‘Captivity’ es el enésimo refrito de ‘Seven’, con todos los clichés que llevamos viendo/sufriendo desde la película de Fincher. Créditos incluídos. Además, tiene detalles que la convierten en una parodia del subgénero, probablemente sin la mínima intención de ello por parte de sus creadores.

El caso es que ‘Captivity’ arranca con un mínimo de intriga y buen hacer por parte de Joffé, mostrando una brutal muerte a cargo del tarado de turno y extractos del secuestro de Jennifer con cierto gusto y ritmo. Pero a medida que avanza el film, el tono de psicothriller se va diluyendo entre grandes marcianadas (un policía neoyorquino que sabe leer en griego “porque estudió griego”) y no menos grandes meteduras de pata (una experta en psicópatas que a los diez segundos de entrar por la puerta pone a la policía sobre la pista exacta del secuestrador), y acaba siendo una de las candidatas a comedia del año a fuerza de puro despropósito. Todo esto sin ningún esfuerzo a la hora de ser original (la ya nombrada ‘Seven’ y ‘Saw’ son referentes muy, muy directos). Mención aparte merecen los ya clásicos giros de guión, tramposísimos (y sin ninguna intención de que sean evidentes, a diferencia de los de ‘The Prestige’) y los momentos de comedia absurda (la increíble intuición de los policías, que A) Dan con la clave para encontrar al sospechoso mirando un escaparate o B) Encuentran la evidencia del crimen ¡cambiando de canal en la tele!). Para colmo, llega el final de la película te das cuenta que la primera escena no tiene absolutamente nada que ver con el resto de la película, es un pegote que ponen para darle un toque ‘Hostel’. Qué penoso.

Y hay más, pero no es cuestión de hacer más sangre.

En el apartado de interpretaciones, de lo anodino a lo ofensivo. Elisa Cuthbert es la tópica rubia jamona top model y Daniel Gillies el no menos tópico maromo seductor e impetuoso chófer. Laz Alonso y Michael Harney son una de las más absurdas parejas de polis de la historia reciente. El resto del reparto es digno de un telefilm de William Baldwin rodado en Barcelona, como mucho.

Cuando uno ya no espera sorpresas en el trillado mundo de los psychokillers, llega ‘Captivity’, capaz de hacerte reir con sus chapuceras ocurrencias. Un 2, por la Cuthbert y las risas.
publicado por Plissken el 2 febrero, 2007

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