En busca de la felicidad
Hay maneras y maneras, opiniones y opiniones. Gabriele Muccino, director de En busca de la felicidad, parece no tener, con este film, ni una manera clara ni una opinión personal clara. No es que esté criticando a la película de mala, no. La película es bastante buena, aunque tiene un fallo primordial: le falta personalidad. Quizás otros opinen que puede tratarse de uno de los films más conmovedores, trágicos y personales del año. Mi opinión es la siguiente: esta personalidad que le añaden la proporciona, únicamente, la estrella de la película (en todos los sentidos): Will Smith. Así que lo que aquí tiene vida propia es el actor protagonista y no el film en que aparece. Y posteriormente, añadiría: En busca de la felicidad es una correcta historia basada en lo mismo de siempre, el sueño americano, y con un peso interpretativo en ella que si careciera de él no sería absolutamente nada.¿Cuántas veces hemos visto una película norteamericana que trate el tema del sueño americano? Decenas. ¿Cuántas veces hemos visto a Will Smith haciendo una actuación conmovedora? Nunca. Así que, resumiendo, decir que la película en cuestión es bastante irregular. Una historia que todo el mundo sabe cómo (y no cuando) acabará. Y todo el mundo me refiero a todos aquellos que se dan cuenta de lo simple que es la idea de Muccino. ¿Es que no hay guionistas originales en Hollywood, por mucho que la gente diga que no se les acude nada más que remakes? Hablando de guionistas, opino que hubiera sido estupenda la elección de Paul Haggis, simplemente porque le hubiera proporcionado fuerza y originalidad a la historia. También es verdad que está basada en un hecho real (¡cómo no!) y que a veces es difícil escribir un guión acerca de un suceso ya ocurrido con toques novedosos. Pero es que aquí, exceptuando el cuadrado mágico, no hay ni una sola escena con aire innovador. En definitiva, que se podría haber sacado mucho más provecho. A parte de este defecto de la originalidad, En busca de la felicidad tiene otros puntos flojos: la película muestra ciertos aspectos de una forma un tanto repetitiva, como por ejemplo, las escenas en que el protagonista pierde la máquina para vender.
Pero después de numerar todas estas características negativas, he de reconocer que el film tiene, también, bastantes cosas positivas. Primero de todo, y sin excepción, nombrar al señor Will Smith, que nos ofrece su mejor interpretación hasta la fecha, dotada de ingenio, carisma, realismo y emoción. Sus apariciones, las cuales aparecen durante casi todo el metraje, siempre son agradables de ver, al igual que los diálogos que entabla, estupendamente escritos. Así que el peso de En busca de la felicidad cae, indudablemente, en manos de este, ahora, excelentísimo actor llamado Will Smith. La pena es que los otros actores secundarios no se luzcan tanto como él, aunque he de decir que sus interpretaciones no son, ni mucho menos, malas. Tanto Tandie Newton, haciendo el papel de madre dotado de un dramatismo increíble (aunque a mi, personalmente, no me guste como esté tratado), como Jaden Smith, el cual interpreta al hijo de Smith en la realidad y la ficción de una manera excepcional, nos ofrecen unas brillantes interpretaciones, aunque un poco escasas.
En resumidas cuentas, diríamos que En busca de la felicidad (The Pursuit of Happyness -¡qué gran detalle lo de la Y!-) es una correctísima película, con la superación de uno mismo y el sueño americano como punto fuerte dentro de la temática, y con una joya interpretativa: Will Smith. No sé si se merece el Oscar, pero desde luego, la nominación sí.
Lo mejor: Will Smith.
Lo peor: Que ya nos la sepamos de principio a fin después de los títulos principales.