Planeta sangriento
Los años cincuenta y sesenta fueron muy prolíficos en cuanto a lo que se suele llamar el barroco del clasicismo cinematográfico. Douglas Sirk nos presentaba sus obras maestras, como Solo el cielo lo sabe (1955) o Imitación a la vida (1959). Hithcock estrenaba Psicosis en 1960 y dos años después Ford nos traería El hombre que mató a Liberty Valance. Y todo esto solo en Hollywood, porque en Europa la Nouvelle Vage nacería en el año sesenta y en Italia Antonioni, Fellini y unos cuantos más estaban empezando a cambiar la concepción del cine hasta ese momento. Sin contar que Ingman Bergman estrena El séptimo sello en 1956 y Persona (mi favorita) en 1966.
De ese mismo año es la película de la que os vengo a hablar hoy. Queen of Blood (Planeta sangriento) forma parte de la cara B de todo este éxito cinematográfico. Sí, en los ciencuenta y sesenta se hicieron muy buenas películas pero a la vez se realizaron una cantidad de películas disparatadas pero sobretodo, se hicieron un montón de películas baratas. Una vez en taquilla doblaban su presupuesto en gananciales para la productora. Normalmente se vendían en sesiones dobles, con una película de seria A de primero y la de B de postre, e iban dirigidas al público más popular. Es la era dorada de la ‘explotation’, del cine de serie B. Aunque debería de apuntar que aunque sean baratas y un poco disparatadas, esto no quiere decir que no sean buenas.
La peli va de una nave terrestre que va a Marte en respuesta a una llamada de auxilio de una nave alienígena encallada en la superficie del planeta. Cuando la tripulación llega al planeta rojo descubrirá que la única superviviente es una hembra alienígena a la que le pirra la sangre humana. Roger Corman compró los derechos de la película de origen soviético, Mechte Navstrechu (Mikhail Karzhukov, Otar Koberidze, 1963), y tenía en su equipo al director Curtis Harrington para que la americanizara en una película de serie B. Para maximizar su inversión Corman obligó a Harrington a reciclar la mayor cantidad de la película soviética posible. Por tanto, mezclaba y combinaba el colorido material soviético y el diseño ecléctico con la era espacial americana.La coexistencia de lo soviético y lo americano crearon un ambiente en el cual la checoslovaca Florence Marly, quien en un principio no estaba en los planes de Roger Corman, encarnaba al personaje alienígena. Esta fue elegida por sus rasgos del este europeo para ejemplificar las fantasías de la paranoia durante la Guerra Fría. Por ello también el mono con el que irá vestida será de color rojo, aludiendo tanto al comunismo como a la sangre.
Técnicamente un poco limitada (por tanto corte y recorte) deja a la luz unas interpretaciones tal vez un poco cuadriculadas a excepción de la ya nombrada Florence Marly y de un jovencísimo Dennis Hopper. Pese a ello, las partes sovéticas destacan por un increíble colorido y se confrontan a la asepsia de la parte americana. El pobre Curtis Harrington tuvo que sacar mucho ingenio para que todo cuadrara sin que resultara demasiado raro. Y no lo queda ya que lo soviético es lo extrarrestre, lo exótico, y lo racional es lo que representaría al hogar, la América de los sesenta.
Un dato curioso es que Ridley Scott se inspiró en Queen of Blood a la hora de plantear su famosa película Alien (1979). Así que si sois fans de la Ciencia Ficción no os la podeis perder porque es un clásico dentro del género y ahora está considera como un film de esos que les gustan llamar "de culto". A lo mejor técnicamete no os sorprende (que no lo hace, la verdad, es bastante cortita) pero es muy entretenida y si queréis surfear por su temática a las más profundas entrañas de su representación descubriréis que no es tan limitada como en la suferficie se presenta.
La película en sí es fantástica, simbloliza el fracaso del proceso tecnológico y la sexualidad salvaje de nuestra alienígena de ojos brillantes. Porque es curioso que ella caza a sus víctimas a través del poder hipnótico de sus ojos, y ese poder hipnótico solo actúa en los hombres. Así que es una especie de vampira sexual de la cual nunca conoceremos el nombre ni hablará en ningún momento. Es un animal que quiere sexo y ese sexo nos lo representan por la sangre que ingiere, que he de decir que leí por ahí que la forma en la que nuestra alienígena se alimentaba hacía alusión a la felación aunque no sé si llega a tanto. Lo cierto es que confronta esta sexualidad salvaje al hombre americano, uno se siente fascinado mientras que al otro le repele mientras que, al mismo tiempo, enfrenta un tipo de femenina liberada a una más tradicional (la única tripulante femenina que es científica). El resultado es bastante abrumador. Fuera de todo esto, lo que sí quiere es invadir la Tierra y se puede decir que en cierta manera lo consigue aunque no quiero contar tanto. Descubrirlo por vosotros mismos….