Drive
El conductor (Ryan Gosling), cuya identidad desconocemos, es un eximio as del volante. De día realiza proezas automovilísticas como doble de riesgo en películas contratado por su mentor (Bryan Cranston); de noche, es el “taxista” de ladrones y cualquier delincuente que necesite un aventón. La regla es simple: durante cinco minutos, el conductor, está para seguir órdenes y luego huir de la policia (ó de quien sea) hasta poner a salvo a sus contratantes. Todo marcha sobre ruedas, hasta que el conductor conoce a Irene, su vecina (Karey Mulligan) y al hijo de esta, Benicio. El marido de Irene está a punto de salir de la carcel. El conductor se involucra con Irene y comienza a desarrollar afecto por esas personas tan expuestas. Cuando el marido de Irene (Oscar Isaac) sale de prisión es asediado por sus ex socios y obligado a pagar una deuda con sus servicios. El conductor se dispone a ayudarlo, tan solo para librar a la familia del hostigamiento de los delincuentes. Pero, lo que no sabe es que quienes están detrás de todo esto son los mismos tipos que planean convertirlo en un campeón de las carreras automovilísticas: los mafiosos Nino (Ron Perlman) y Bernie Rose (Albert Brooks, nominado a los Golden Globe por este papel). Ahora, el conductor debe elegir entre su futuro, la muerte ó los seres de los que se enamoró..
Tenía un buen pálpito sobre esta película. Había visto los interesantes avances, sabía que su realizador, el danés Nicolas Refn había ganado el premio mayor en Cannes 2011 por su desempeño en esta cinta, pero fundamentalmente, que en la hechura del guión estaba el Iraní Hossein Amini, cuyo trabajo como adaptador en obras de época como “Las alas de la paloma”, “Jude: corazones atormentados” y la versión reciente de “Las cuatro plumas” había sido sobresaliente, y sobre todo, su estilístico manejo del suspenso en “Killshoot: ave negra” con Mickey Rourke y Diane Lane. Mi pálpito se vio confirmado e incluso superado por la magnificencia de esta pequeña y seguramente nueva “obra de culto” enmarcada en el cruce de estilos cinematográficos: thriller noir contemporáneo.
Pero, no solo eso.
“Drive” es un film afín al universo de David Lynch (“Terciopelo azul” y sobre todo: “Carretera Perdida“), David Cronenberg (Crash: Extraños placeres), John Herzfeld (Nadie vive demasiado), Mike Figgis (“Lunes tormentoso” y “Adiós a Las Vegas”) y los hermanos Coen de “Simplemente sangre”, “De paseo a la muerte” y “Fargo”. E incluso me recordó a “Kalifonia” (1993, Dominic Sena), “La fuga” (1994, Roger Donaldson), “Ghostdog: El camino del samurai” (Jim Jarmusch, 1998) y otras cintas similares, cuya trama simplona pero efectiva, penetran en el espectador y lo dejan pensando.
“Drive” es una película maravillosa, no solo porque carece de ambiciones intelectuales e ideología sin más interes que ser interesante en su desarrollo, sino porque logra en su aparente simplez el difícil emprendimiento de entretener. Párrafo aparte merece la estética muy ochentera y la banda sonora (estupenda) con música electrónica que nos remite a esa época, desde los títulos y hasta el fin. Una cinta que apela a cierto tenor por lo que no pasará desapercibida, porque, bueno, tiene todos los atributos para convertirse en una “cult movie” de estos tiempos.