Aballay, el hombre sin miedo

Aballay (Pablo Cedrón) es un forajido que hace de las suyas en montes y valles calchaquíes de la Tucumán Argentina. En una de sus “incursiones”, él y su banda, emboscan una diligencia y asesinan a todo sus ocupantes, excepto al pequeño Julián, que con sus inocentes ojos de niño asiste al asesinato de su padre. De allí en más, Julián (Nazareno Casero) se toma diez años de su vida para planear una venganza meticulosa, que no será tan fácil como en los papeles, porque lejos de enfrentarse al tan temido Aballay, tendrá que vérselas primero con el iracundo de “el muerto” (Claudio Rissi), un gaucho asesino inconmovible y feróz, quien traicionó a Aballay en el pasado, quedándose con su banda de forajidos y el botín de un robo.

 

El cine argentino ha flirteado con el “western” en muchas ocasiones. Sobre todo en el pasado cuando don Hugo Fregonese llegó a filmar en el mismísmo Hollywood algunos títulos del género. Sin olvidar la emblemática “Pampa bárbara” de Lucas Demare y la obra maestra “La guerra gaucha” probablemente el film más logrado del subgénero GAUCHO, que es dónde debemos apuntalar este tipo de obras que, claro, tienen toda la semejanza con el WESTERN ó cine de “pistoleros”.

Pero, como debemos contextualizar y universalizar este tipo de cine, bueno, “Aballay” está más cerca del western a la europea: el “spaghetti western”; por su particular construcción dramática, su ferocidad visual, su incorrección política, su exhibicionismo, su agilidad. Puntos reconocibles que siempre diferenciaron el “western clásico USA” de las producciones hispano-italianas.

En este sentido, “Aballay” es un gratificante y renovable exponente del “western gaucho”. Pero sobre todo, una contundente confirmación de que en este país bendito de sacrificio cinematográfico, se puede apostar al CINE de GÉNERO. Si en estos últimos años, nuestros realizadores nos sorprendieron con pequeñas maravillas en este sentido, “Aballay” viene a sumarse al puñado de obras que nos demuestran lo maduro que está nuestro cine. Ahora, si tomamos el nombre de Fernando Spiner, esto del cine de género no es tan sorpresivo, a menos en él, puesto que en los 90 firmó aquella estimable cinta de ciencia ficción “La sonámbula”, que junto a “Moebius” suponen (en mi humilde opinión) los dos hitos más arriesgados del cine nacional de esa década. Así que, debemos reconocerle a Spiner su valentía para jugarse a filmar un western con todos los riesgos comerciales que implica, y encima de eso, salir airoso habiendo logrado una de las películas más estimulantes de los últimos años.

Cómo me gustó la acertada reconstrucción de época de “Revolución: el cruce de los Andes”, y “Aballay” me parece un punto alto en el resurgir del western gaucho, creo que el cine argentino de calidad está en alza.

Esperemos que los jóvenes realizadores tomen en cuenta el ejemplo de “Aballay” y consideren que el cine es una aventura a caballo y que hay que cabalgar en busca de un horizonte certero sin temerle a las dificultades de la empresa.

Co-ganadora, con “El camino del guerrero” de Sngmoo Lee, del “1er. Almeria Western Film Festival” en 2011.
Lo mejor: Claudio Rissi, desaforado!!!
Lo peor: que tal vez cueste tomar esta “posta”
publicado por Sergio A. Villanueva el 21 mayo, 2012

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