War horse (caballo de batalla)
Albert (Irvine) ve nacer al potrillito Joey, en la granja vecina. Pero es mayor su sorpresa cuando su padre llega una tarde con el potrillo, recién adquirido a un costo que para la pobre familia significa una fortuna. Desde ese momento caballo y joven se hacen inseparables, enfrentado juntos las dificultades que les pone la vida por delante.
Estalla la primera guerra mundial y el padre de Albert vende a Joey, desesperado por su situación financiera. Albert intenta persuadir al comprador, un alto militar inglés, que desista de la compra, pero Joey parte finalmente al frente con la promesa del muchacho de un reencuentro después del conflicto.
El viaje de Joey por los campos de batalla a traves de la Europa en guerra, lo hacen involucrarse en las jóvenes vidas de quienes asisten inocentes al horror de la muerte y el fuego. Un viaje que dura cuatro años, que lo conduce a un reencuentro (o no) con su joven amo y a convertirse en una inolvidable leyenda.
A manera de modus operandi, impuesto desde los 90 cuando “inició” con Jurassic Park/ La lista de Schindler, Spielberg suele estrenar dos cintas un mismo año y tomarse otro(s) tanto(s) para preparar nuevo(s) proyecto(s). En esa calculada dualidad de estreno, don Esteban suele proponer un film familiar-espectacular-para-dejar-babeándose-al-espectador (“TinTin”, sería el caso para el pasado 2011) y otro filme, para acrecentar su ya enorme prestigio con historia profunda dramatica-épica-no menos espectacular (Caballo de guerra).
El asunto es que, en todos los casos, Spielberg no olvida que el entretenimiento es el factor constante.
Si, “Caballo de guerra” es una nueva aproximación al tema de la guerra; tema que al director yanqui cautiva, después de “1941” (1980), “El imperio del sol” (1987), “La lista de Schindler” (1993) y “Rescatando al soldado Ryan” (1998); aunque en realidad pareciera que lo que fascina a Steven es la “épica” del ser común convertido en algo parecido al “héroe”, que esconden muchas de las historias de guerra, y las de su filmografía en particular.
“Caballo de guerra” no es un super filme de Spielberg, no está a la altura de otras aventuras bélicas del director, pero si está a la altura de la jerarquía con la que Spielberg afronta la aventura de “filmar”.
“¡Que bien filma Spielberg!”, le dije a mis hijos mientras la veía, mientras me obnubilaba con escenas aparentemente simples, cabalgatas de esas que parecen abundar en las cintas del género a lo largo y ancho de la historia del 7mo. Arte. Pero, desde la perspectiva de Steven, pareciera algo monumental y maravillosamente nuevo.
¡Que bien filma, mr. Spielberg! ¿Quién tomará la posta de este talentoso artesano, cuando ya no esté? ¿Quién tendrá el don de convertir una cabalgata a campo traviesa, en todo un acontecimiento estremecedoramente cinematográfico?