Chronicle
Desde que en 1999 ‘El Proyecto de la Bruja de Blair’ (‘The Blair Witch Project’) Daniel Myrick y Eduardo Sánchez revolucionaran el género de metraje encontrado o ‘found footage’, muchas han sido las películas que han intentado, con relativo éxito, mezclar este género (que realmente no es más que una nueva forma de presentarnos los acontecimientos) con otros de los géneros más clásicos. Así, desde las apuestas más usuales como ‘REC’ (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007) o ‘Paranormal Activity’ (Oren Peli, 2007) que se adentran en el género del terror, hasta experimentos como ‘Monstruoso’ (Cloverfield, Matt reeves, 2008), que juega con las ‘monster movies’; o la propia película que nos ocupa, ‘Chronicle’ (Josh Trank) que intenta aportar una nueva visión, nunca mejor dicho, al género de los superhéroes.
La trama es sencilla a más no poder. Tres jóvenes se adentran en el bosque en mitad de una noche de fiesta y encuentran un misterioso, por decir algo ya que nunca llegamos a saber nada más de él, cristal que les concede ciertas habilidades. Uno de ellos, que está desequilibrado mentalmente, empieza a jugar con sus poderes más allá de los límites morales que establecen entre los tres. Poco más se puede contar sin revelar nada del arco principal de la película, que apenas dura 70 minutos.
Un amigo me decía el otro día que Josh Trank había inventado un nuevo tipo de plano: El plano telequinético. Esto es que el personaje que lleva la cámara, en vez de transportarla manualmente, la hace girar alrededor suya con el poder de la mente. Desde mi punto de vista no deja de ser un mérito relativo ya que, al no portar directamente la cámara, la esencia del ‘found footage’ desaparece por completo. La norma señala que uno de los personajes principales siempre debe estar oculto tras el visor de la cámara. De esta forma, el plano telequinético logra superar esta barrera, mostrándonos a la vez a todos los personajes de la acción. Aunque innovador, el peculiar plano subjetivo acaba transformándose en un plano más.
Pero no sólo por este hecho pierde sentido el ‘found footage’. A lo largo de la película el visionado de la acción se llega a mostrar por hasta más de 20 cámara diferentes. Si al final disponemos de un montaje multicámara a la hora de seguir la historia, ¿qué sentido tiene grabarla así y no mediante el sistema clásico? La magia del ‘found footage’ reside en el hecho de que no siempre podremos ver la acción desde el punto de vista más óptimo, al contrario que en una realización tradicional. En el último tramo de ‘Chronicle’, Josh Trank elige, con la escusa de haber cientos de transeúntes grabando la acción, el mejor punto de vista para mostrar que es lo que está pasando, llegando incluso a montar planos totalmente injustificables.
De todas forma, que ‘Chronicle’ no esté narrada de la forma que me parece correcta no es motivo suficiente como para condenarla al olvido o desaconsejar su visionado; al final lo que importa, como siempre, son las historias que nos cuentan. Y desgraciadamente el contenido patina tanto como la forma. El trío protagonista podría haber sido cualquier otro, que no hubiera importado. Lo que conocemos de ellos es nimio; sólo los vemos pasear por delante del objetivo sin un trasfondo que ofrecer. ¿Por qué Andrew se vuelve tan violento (me refiero más allá de la escusa de un hogar desestructurado)? ¿Cuáles son las aspiraciones de Matt? ¿Y las de Steve? En otras palabras, ¿qué hay antes y después de ‘Chronicle’? Nada, o por lo menos muy poco, y no lo suficiente como para que la historia se pueda mantener.
‘Chronicle’ parece más un capítulo de una historia que la historia en si. Mera presentación de los personajes que no acaba de emocionar, y cuya historia, presentada en un formato que no acaba de cuajar y que te saca de ella en los momentos más importantes, se diluye entre lo que de verdad podría haber sido. Y esto es lo que quizás más fastidia: El haber desaprovechado las oportunidades que el proyecto presentaba.