Los idus de marzo
George Clooney no es uno de mis actores favoritos, pero cuando alguien se moja en otros terrenos artísticos como la dirección y además va aprendiendo de todo lo que hace, tiene mi simpatía. En este caso hace una película valiente, centrada en la política, y cuenta los trapos sucios que hay en ella.
Clooney deja al excelente Ryan Gosling el protagonismo y se reserva un secundario a la altura de su edad y estilo. Rachel Evan-Wood hace un papel entrañable y los secundarios como Tomei y Seymour Hoffman llenan la pantalla de talento. Sin duda, el reparto es uno de los grandes aciertos.
A pesar de que se centra en el bando demócrata y las luchas intestinas entre candidatos, deja entrever que el pecado capital es el de siempre, dejando los demás a la imaginación y las cuestiones morales en un segundo plano.
La narración es más que correcta, con algunos momentos y silencios muy bien escogidos y dosificados. Los idus de marzo, adaptación de una novela y frase proveniente de la antigua Roma, es una muy interesante película que demuestra una vez más que USA sabe explotar la actualidad con talento.