J. edgar
J.Edgar se erige como una película muy cuidada, aun con un guión que deja un poco que desear y un tempo discutible, con un DiCaprio espectacular.Comencemos la crítica de J.Edgar.
Lo primero de todo, hablamos de una dirección a manos de Clint Eastwood, lo que ya establece ciertos rasgos característicos. Una historia centrada en los personajes, que se inmiscuye en sus entrañas y que ahonda profundamente en el interior de los mismos.
Lo cierto es que deja que pensar el tratamiento que se le ha dado al personaje de Hoover, interpretado por un Leonardo DiCaprio que lo borda. El film nos acerca a un personaje, áspero, brusco, obseso y autoritario. Tanto que sobrevivió a 7 presidentes de los EE.UU. aun a sabiendas de que más de uno quiso quitárselo del medio.
Aun con estas taras o características (como queráis llamarlo), fue un personaje determinante en los EE.UU. luchando y de manera ruda, preocupándose más bien poco por ser políticamente correcto y haciendo más enemigos que amigos, por llevar a lo más alto a su ‘bureau’: el FBI. Pero lo que más destaca en el film es el tratamiento sexual que se le da al personaje, enmarcándole como un ‘mariposón’ reprimido, mostrando su inclinación homosexual de forma claramente explícita, lo que no sé como se ha podido tomar en ciertos círculos de la sociedad yankee, con lo puritanos que son a veces.
Leonardo DiCaprio, cubierto de látex o no, se marca un papel memorable. Una interpretación que roza la perfección (candidatísimo a los Oscars), y quizá sea esto lo más potente de la película, además de una sublime puesta en escena y ambientación. Acompañado por una interpretación que me ha sorprendido, como es la de Armie Hammer como Clyde Tolson, sobre todo en su faceta anciana.
En cuanto al guión, parece que se salta un poco a la torera el principio de condensación y extensión, dando como resultado un trabajo al que le sobran páginas y, por tanto, que se alarga en demasía. Y si a esto le sumamos que el ritmo de la película es cansino y en pocas ocasiones acelera, el resultado es una película por momentos pesada y que se hace bastante larga.
Ciertamente, lo que falla en este film es la emoción, la capacidad de enganchar al espectador a través de la emotividad, de la empatía con los personajes. El film no logra sumergir al respetable en su interior y le deja un poco al margen, como un mero espectador que ve sin sentir. En este aspecto, ni de lejos se acerca a películas que han destacado en este aspecto facturadas por Eastwood como Million Dollar Baby o Gran Torino. Repito, ni de lejos.
Pero amigos, aun con estos defectos que se le pueden encontrar, creo que es un film muy cuidado y muy logrado. La ambientación histórica es excelente, con una puesta en escena y una línea estética muy bella. Sumando un maquillaje que merece una mención especial, aunque a veces cante el látex un poco de más. La fotografía también ofrece un excelente resultado junto con una realización está a gran altura y un planteamiento de saltos temporales bastante notable.
J. Edgar se deja ver, es más, creo que merece ser vista, pero no es a lo que nos tenía acostumbrados Clint Eastwood antes de Más allá de la Vida (que tampoco fue de lo mejor de su cosecha).