El precio del poder
Obra suprema de Brian De Palma. Remake extremadamente violento, cínico y, en múltiples ocasiones, iterativo de la película de 1932 del maestro Howard Hawks. El guión es de Oliver Stone, un buen escritor para una magnífica e impresionante historia. Unas pulidas interpretaciones, entre las que destaca un sublime y excelso Al Pacino como el cubano Tony Montana. Y una espectacular banda sonora de Giorgio Moroder. Si de algo peca esta moderna versión de ‘Scarface’, es de su excesivo metraje y de su gran cantidad de violencia y de tacos (de hecho existe una adaptación televisiva en la que se suprimieron los tacos y las escenas violentas).El film comienza narrando la expulsión en masa de cubanos a Estados Unidos, llevada a cabo por Fidel Castro en 1980. Conocido con el nombre de “Éxodo del Mariel”, este movimiento inmigratorio tuvo como resultado a más de 125.000 cubanos exiliados, entre ellos se incluían maleantes, asesinos, narcotraficantes. Tony Montana es un sanguinario asesino que lucha por conseguir la fama, la gloria, por ser el mejor. Para ello subirá (como la espuma) a lo más alto, desde ser un insignificante sicario a sueldo, a ser un respetado y acaudalado narcotraficante. Pero la fama y la gloria cuestan un precio muy caro. Su obsesión psicopática por su preciosa hermanita y su abundante dosis de cocaína en su cuerpo se cobrarán esa deuda pendiente.Y para concluir, ese tiroteo final grandioso y memorable, en el que Tony Montana, empolvado hasta las cejas y metralleta en mano, reparte metralla a diestro y siniestro, y mientras es acribillado pronuncia aquellas inolvidables palabras: “¡Soy Tony Montana, querer joderme a mí es querer joder al mejor!”.