Conan, el bárbaro
Director: Marcus Nispel, Guión: Thomas Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer, Sean Hood, Reparto: Jason Momoa, Ron Perlman, Rose McGowan, Rachel Nichols, Stephen Lang, Bob Sapp, Leo Howard, Said Taghmaoui.
Nueva adaptación del mítico libro de Conan de Robert E. Howard. Un niño que habita en una aldea bárbara graba en su memoria los rostros de los guerreros que matan a su familia y le entregan como esclavo a unos mercaderes. Años después, el joven se convierte en un forzudo y valiente guerrero que vengará la muerte de los suyos.
Película de aventuras y luchas que gustará a los amantes del género ya que más de la mitad de la película son batallas con sangre asegurada, escenas de mágia y mitología que sinceramente entretienen, para lo que el 3D ayuda bastante, ahora bien, el rodaje podría estar mejor con planos más aprovechados, Conan interpretado por Jason Momoa, no convence, no trasmite prácticamente ninguna emoción, no tiene el carisma del mítico Conan interpretado por Arnold Schwarzenegger, que sin ser una maravilla como actor, desde luego era mejor Conan.
Es fácil, la película en sí, no es buena, pero a los amantes del cine de aventuras, acción, etc. les gustará, a los amantes de Conan tanto el comic como la versión anterior de la película, no les gustará, incluso les parecerá un horror.
La película comienza con la narración de Morgan Freeman, excesiva en todos los sentidos, con voz apaciguadora y calmante que nos cuenta las luchas y peleas que se ven en la pantalla, igual con el doblaje… ahora tenemos un pequeño Conan cabreado y vengativo hasta la médula, que se guarda la mala leche a litros para poder vengarse de adulto.
Este adulto se nos presenta como un guaperas amante de la lucha, masacre o sangre en general y un poco “cortito” totalmente distinto a lo que encontramos en el comic de Robert E. Howard que nos presenta un Conan inteligente, duro y brutal.
Lo dicho, es una película entretenida, preparada para la recaudación veraniega, que no aporta nada nuevo al género, pero que puede hacer que pases una buena tarde de verano sin pretensiones.