Piratas del caribe
Cómo imaginar que una película basada en una atracción de Disneyland iba a convertirse en una de las sagas más taquilleras de la Historia. Pero más costaba imaginar que además, sería un film que… Que… Joder, que molase tanto. Aventura en estado puro.Pero los primeros minutos podrían dar una impresión equivocada. Al fin y al cabo, los primeros personajes que se nos presentan son totalmente típicos, nada especial. Ella, Elizabeth Swan, la hija del gobernador con ansia de aventuras, y él, Will Turner, un tímido herrero destinado a ser pirata. Por cierto, hablemos de Orlando Bloom. Yo no dudo de que el chaval lo intenta ¿Eh? Pero es que el pobrecín es malo con ganas. Totalmente forzado y con 0 carisma. A su favor diré que el personaje no daba para mucho. Cómo iba diciendo, podría dar la sensación de que la parejita es la protagonista del relato, pero nada más lejos de la realidad. A partir de la llegada de la Perla Negra a Port Royal, ambos personajes acaban en manos de otros dos personajes, y aquí viene lo bueno. Elizabeth es raptada por la tripulación de la Perla Negra, y entonces descubrimos al Capitán Barbossa. El segundo gran personaje de la película. Un villano sensacional, con unas motivaciones totalmente comprensibles (¿Quién no querría librarse de esa maldición, cueste lo que cueste?) y con carisma para parar un tren. Él precisamente nos cuenta, en una escena cojonuda, en que consiste la maldición de la que es víctima él y su tripulación. Y justo después, cuando por fin vemos como afecta realmente la maldición a los piratas, admiramos el sublime trabajo que ILM realizó con los efectos visuales. Es una pena que a esta peli le tocara estar en los Oscars justo el año de ‘El Retorno del Rey’, porque sí se merecía una estatuilla en este apartado.
Bien, ya conocemos a Barbossa, el secuestrador de Elizabeth. Will va a rescatarla, por supuesto, pero no puede hacerlo sólo. Necesita al personaje que ya nos presentaron de forma brillante a los pocos minutos de empezar la película. El único e inimitable Capitán Jack Sparrow. Decir que es lo mejor de la peli es quedarse corto, porque él ES la película. Desde el primer instante en que aparece se adueña de la cinta hasta el final, pero es que… Menudo personaje. Amanerado, en aparente estado de embriaguez permanente, manipulador, mentiroso, chiflado… Un puto crack, al igual que el encargado de darle vida, un Johnny Depp pletórico. Sin duda, un personaje que se ha ganado el rango de icono. Ni que decir tiene que las escenas que comparten Sparrow y Barbossa son simplemente geniales.
Pero volvamos a la peli en sí. A partir del momento en que los cuatro protagonistas unen sus caminos, la película se convierte en una montaña rusa que no da respiro, plagada de auténticos momentazos. Desde una fantástica escena de abordajes y cañonazos (no podía faltar) hasta la divertidísima parte en la que Jack y Elizabeth quedan abandonados en la isla en la que el primero ya estuvo tiempo atrás ("¿¡¿Pero por qué no queda ron?!?").
¿Y el clímax? Cojonudo también, por supuesto. Un espectacular duelo a espada entre Sparrow y Barbossa por un lado y una batalla entre los piratas malditos y los hombres del Comodoro Norringthon por otro, todo con un ritmo brutal.
Pero esto no es realmente el final, pues queda aún el rescate de Jack en la horca, una escena que cierra la cinta a la perfección, y sobre todo, da por zanjada la historia de Will y Elizabeth. ¿Porque volvieron en la secuela estos personajes? De Jack, admitamoslo, se pueden contar infinitas aventuras… Pero, ¿De esos dos? No lo entiendo.
Nada más puedo añadir. Bueno sí, se me olvidaba mencionar la fantástica B.S.O., que a éstas alturas ya es mítica.
En definitiva, una de esas películas con las que es imposible aburrirse y que consigue poner de buen humor. Una pasada total.
Lo mejor: Prácticamente todo, pero especialmente, el genial capitán Jack Sparrow.
Lo peor: Orlando Bloom.